Últimamente se ha puesto muy de moda el tema de los “mandalas”, esos dibujos formados por figuras geométricas y que quien los colorea se ve con mucha tranquilidad o logra algún objetivo específico.
Pero, ¿qué son exactamente los mandalas? Son diagramas o representaciones esquemáticas y simbólicas del macrocosmos y el microcosmos utilizados en el budismo y el hinduismo; y se dice que al crearlos o iluminarlos te puede ayudar como una forma de meditación en la cual puedes entrar en contacto directo con tus emociones y así descubrir a través de los colores como que te sientes en ese momento.
Los mandalas son fáciles de conseguir ya que puedes encontrarlos en libros muy parecidos a los que tienen los niños para colorear a su personaje de favorito. Estas vienen dibujadas solo en color negro dejando espacios en blanco para que también se puedan colorear de la manera que más te guste.
Para esta técnica de relajación no debes de tener una disciplina, ya que aquí lo estás haciendo dependiendo de tus gustos imaginativos. Pueden ser utilizados por personas de cualquier edad ya que fortalecen y ayudan a mantener una gran creatividad.
Hay mandalas muy sencillas (más recomendados para niños), ya que no tiene demasiadas figuras e incluso pueden señalar los colores con los que deben de colorear, y con estos se trabaja la psicomotricidad, discriminación de colores, atención, etc.
Sin duda los mandalas son herramientas que sirven para trabajar elementos como el orden y la concentración o atención, la paciencia y la perseverancia, y esto se logra de una forma lúdica; por lo que pueden ser una gran técnica para el aprendizaje y la concentración, gracias a dan calma, reequilibran y favorecen la atención.
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Cuando se colorea un mandala cada color significa y logra un fin:
Blanco: se asocia a la luz, la bondad, seguridad, limpieza la inocencia, la pureza. Se le considera el color de la perfección.
Amarillo: simboliza la luz del sol. Representa la alegría, la felicidad, la inteligencia y la energía. El amarillo sugiere el efecto de entrar en calor, estimula la actividad mental y genera energía muscular.
Naranja: Se le asocia a la alegría, el sol brillante y el trópico. Representa el entusiasmo, la felicidad, la atracción, la creatividad, la determinación, el éxito, el ánimo y el estímulo.
Rojo: es el del fuego y el de la sangre, por lo que se le asocia al peligro, la guerra, la energía, la fortaleza, la determinación, así como a la pasión, al deseo y al amor. Es un color muy intenso a nivel emocional. Mejora el metabolismo humano, aumenta el ritmo respiratorio y eleva la presión sanguínea.
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