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Joven con una pizarra detrás con idiomas escritos del mundo.

Foto: Joven con una pizarra detrás con idiomas escritos del mundo.

Los idiomas más complicados de aprender del mundo

Estos idiomas son los más complicados en el mundo, te contamos a qué se debe su dificultad.

En diversas ocasiones hemos destacado que aprender un nuevo idioma no siempre se trata de algo sencillo, al menos para muchos, ya que existen personas que tienen gran facilidad, pero, ¿te has preguntado cuál es el idioma más difícil del mundo?

Si hiciéramos una encuesta seguro que nos encontraríamos con opiniones de todo tipo, puesto que la dificultad del aprendizaje de un idioma no solo tiene que ver con la lengua en sí, sino que también la forma en la que se estudio el idioma, si se aprende con un profesor nativo o no, si lo haces en una escuela extranjera o no, la facilidad con la que aprendes, entre muchos otros puntos que pueden hacer del aprendizaje todo un reto.

Lo cierto es que existen idiomas más difíciles que otros y pese a que no todo mundo siempre coincide con cuál es el más fácil o difícil.

De acuerdo una investigación en diversos sitios de aprendizaje de idiomas, la mayoría de los hispanohablantes coincidieron que ciertos idiomas se dificultan debido a su gramática, los cambios de sus símbolos gráficos de escritura; estos fueron los resultados:

Chino mandarín

El idioma chino es uno de los primeros en la lista de diversos sitios de aprendizaje de idiomas. Aparte por diversas páginas web también es considerado uno de los más difíciles del mundo debido a su complejidad, sobre todo por su peculiaridad en sus caracteres que no son nada parecidos a los de occidente, y que son susceptibles de cambiar de significado solo con la adición de un simple trazo, además de ser un idioma tonal ya que cuenta con cuatro tonos (cinco considerando el tono neutro), que pueden llegar a ser imperceptibles, pero cuyas diferencias pueden hacer que el significado cambie por completo.

Por otro lado, según lo expuesto en entrevista por la profesora Larisa Mendoza, “el mandarín cuenta con profundas diferencias con dialectos del sur como el wu o el cantonés, de hecho, muchos estudiosos de la lengua suelen considerarlos como idiomas distintos. También existe una gran cantidad de palabras homófonas (que suenan iguales en su pronunciación, pero su significado puede variar según el contexto)”.

Japonés

El japonés pese a que no es un idioma tonal, así que su complicación no es precisamente la pronunciación, sino que reside en leer y escribir haciendo uso de los sinogramas “kanjis” (uno de los tres sistemas de escritura junto con el katakana y el hiragana). El problema de estos kanjis es que, a diferencia de los caracteres chinos, tienen diferentes lecturas y pueden significar distintas cosas en función de cómo se combinen.

“Algo que caracteriza al idioma nipón es su estructura gramatical que es ‘sujeto-objeto-verbo’, además de que no existen artículos ni género gramatical y en general no se usa el plural ya que esto se deduce de acuerdo al contexto. Únicamente existe el tiempo pasado y presente, y carece de pronombres”, explicó la profesora Mendoza durante la entrevista.

Húngaro

El idioma húngaro en muchos blogs y chats encontramos que es considerado como el más difícil de Europa. Cuenta únicamente con 45 letras con diferencias bastante sutiles, 14 vocales con diferente pronunciación (todas ellas).

Por otro lado, encontramos que es un idioma que pocas personas conocen debido a que forma parte de las lenguas urálicas, y que es un idioma que no tiene género (al igual que el japonés), cuenta con dos conjugaciones por cada verbo; y es una lengua aglutinante, es decir, se basa en gran medida en los prefijos y sufijos para denotar distintos significados de una misma palabra.

Es un idioma en el que nunca encontraras las letras q, w, x, y, ya que no se utilizan; y por si fuera poco los sustantivos del húngaro pueden llegar a tener más de doscientas formas dependiendo de la inflexión.

Árabe

Este idioma se habla en varios países y a diferencia de idiomas como el español, inglés y otros, se escribe y se lee de derecha a izquierda; lo que agrega un punto de complejidad para ser uno de los idiomas más difíciles para hispanohablantes.

Pese a que muchas palabras en castellano provienen del árabe, es una lengua ‘trilítera’ (debido a que sus raíces son unidades léxicas compuestas por tres consonantes) y crea vocablos por derivación; además, cuenta con pocas vocales y muchas consonantes algo que puede ser bastante complicado y confuso. Su pronunciación cuenta con sonidos guturales, y para aprender el llamado alfabeto árabe, se usan otras lenguas como el persa o el urdu, lo que lo hace aún más complejo.

Su alfabeto es totalmente diferente, cuenta con 27 letras que cambian su posición en la palabra para dar significados diferentes. Una misma letra colocada al principio, en medio o al final de la palabra cambia su significado por completo, aunque sea del mismo campo léxico.

Además, requiere de bastante tiempo y práctica para aprenderlo, debido a que es un idioma completamente nuevo en su gramática y su estructura, pero no tiene tantas excepciones como el español.

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