Las fronteras entre lengua y dialecto no siempre son claras, y las diferencias entre ambas es una cuestión que siempre ha generado numerosas dudas entre filólogos y lingüistas. ¿Cuándo un dialecto pasa a convertirse en lengua? ¿Cuántos dialectos puede tener una lengua? ¿En qué momento un dialecto pasa a convertirse en una lengua? ¿Cuál es la diferencia entre idioma y dialecto?
A la hora de diferenciar lengua y dialecto existen varios problemas, ya que en la definición se incluyen varias connotaciones que pueden ser interpretadas de formas distintas.
Desde el punto de vista lingüístico, no existe realmente una distinción clara entre ambos. “Lo cierto es que lengua y dialecto son términos problemáticos, ya que históricamente no se han tratado de la manera más correcta posible», indicó en entrevista a aprendemas.com la maestra en Lenguas Cristina Reyes.
Reyes considera que «hoy en día se tiende a tener en cuenta factores como el tamaño o el prestigio a la hora de definirlos, estableciendo una clara relación de superioridad de la lengua sobre el dialecto. Incluso, el dialecto se suele mostrar subordinado a otra lengua. Sin embargo, tampoco se puede utilizar el tamaño para establecer la distinción entre ambos términos”.
Algo que sí puede quedar muy claro es que ambos se tratan de un sistema de comunicación empleado por un número significativo de hablantes nativos.
¿Cuál es la diferencia entre idioma y dialecto?
De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), una lengua es un sistema de comunicación verbal, casi siempre escrito, propio de una comunidad humana. Son formas lingüísticas de comunicación estándar entre hablantes, reconocidas de manera oficial por gobiernos o autoridades; por ejemplo, el español, inglés, náhuatl, italiano, otomí, alemán, zapoteco, chino, entre otras, son ejemplos de lenguas.
Entre las características de las lenguas o idiomas oficiales se encuentran que cuentan con sintaxis y morfología, es decir, tienen una gramática estudiada y organizada; tienen fonemas propios e independientes a otras lenguas, tienen un léxico propio, así como términos científicos y técnicos.
Además, se hablan y se escriben desde mucho tiempo atrás (siglos), se rigen por normas y estatutos propios; son reconocidas oficialmente por parte de comunidades, gobiernos y autoridades; y tienen arraigo cultural.
En el caso de los dialectos, se trata de la variedad de un idioma que no alcanza la categoría oficial de una lengua; de forma más específica, se define como un sistema lingüístico derivado de un tronco común; tal es el caso del aragonés, andaluz, y rioplatense son dialectos del español; el taiwanés y el mandarín son dialectos del chino; el toscano y el piamontés son dialectos del italiano (según la RAE).
Y entre sus características se derivan de una lengua formalmente reconocida, su modalidad no es tan distinta como para que los hablantes de diferentes dialectos derivados de una misma lengua no se entiendan entre sí; cuentan con sonidos o articulaciones distintas, pero con un mismo fonema y con relación a su lengua de origen; y no tienen literatura propia.
Contienen un léxico local, rural, familiar o coloquial; carecen de estatutos oficiales, por lo que, sólo tienen variedad regional o local; y sus variantes no se reconocen oficialmente por las instituciones políticas.
Echando un vistazo más de cerca a las diferencias más marcadas entre idiomas y dialectos encontramos que un idioma es propio de un país, y un dialecto es específico de una región; un idioma tiene formas escritas estandarizadas y un dialecto existe principalmente de manera oral.
Lo cierto es que la lengua está conformada por diferentes variedades que son manifestaciones de esa propia lengua influida por una serie de factores extralingüísticas como la geografía, el entorno social o el contexto.