“Estaba a punto de terminar mi carrera, con ansias de comerme al mundo. Contaba con expectativas altas e ilusorias sobre un éxito profesional que sabía llegaría pronto; Hoy, no sé qué camino elegir. No soy estudiante pero tampoco tengo trabajo porque no tengo experiencia… Hace ya casi un año de mi graduación y nada es como yo lo visualicé. Ahora me arrepiento y pienso: hubiera estudiado otra cosa…”
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En México, esta declaratoria es la experiencia de muchos jóvenes entre 22 y 25 años que egresan de las carreras universitarias y se enfrentan a la realidad laboral; ellos son el sector más afectado en materia de inclusión al trabajo.
Cifras de la Organización Internacional del Trabajo para México y Cuba, aseguran que mientras en este país la tasa de desempleo de la población en general ronda el 5 por ciento, en el caso de jóvenes casi se duplica, y lo más preocupante del tema es que un 20 por ciento del total de jóvenes ni estudia ni trabaja.
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Por otro lado, la realidad es que los recién egresados tardan entre 8 meses o más tiempo en conseguir un trabajo, lo cual los lleva a experimentar sentimientos de estrés, frustración, incertidumbre y hasta depresión por las nuevas expectativas sociales y personales que no logran cumplir.
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Éste es justamente lo que se denomina el “Síndrome del recién graduado”, que no es un término científico, sino es la serie de comportamientos, sentimientos y situaciones por las que vive un joven al momento de encontrarse en una circunstancia adversa, después de finalizar su formación, sin embargo, hay puntos clave que puedes tomar en cuenta para evitarlo o bien, salir airoso de este trance.
¿Qué hacer?
-Acepta la situación y despeja tu mente. Este punto te ayudará al tener un pensamiento estratégico, es decir, a partir de esto, podrás hacer estrategias de cómo lograr tu ingreso al lugar de tus sueños.
-Muchos egresados sin experiencia no aceptan trabajos por sueldos bajos. La recomendación es: no regales tu trabajo, pero sé flexible con los ingresos iniciales. Piensa que en este momento no buscas dinero, buscas experiencia para conseguir, posteriormente, el ingreso económico deseado. No te cierres a buenas opciones.
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-Continúa con tu preparación. Éste es el mejor momento para titularte, comenzar cursos de idiomas, iniciar una especialización. Aprovecha tu tiempo y no lo pierdas en lamentaciones.
-El punto más importante: No esperes al último momento para trazar tu camino. La mayoría de las personas que experimentan este síndrome son aquellos que no probaron otra experiencia laboral más allá del servicio social o prácticas profesionales, así que abre tu camino y no esperes al término de tus estudios para buscar trabajo. Si las exigencias de tu carrera te lo permiten, estudia, trabaja y ábrete camino al éxito.