En diversas ocasiones hemos hablado sobre la importancia de la preparación educativa con la finalidad de conseguir una mejor oportunidad en el campo laboral, a pesar de que en la actualidad aún existen factores que van más allá de esto.
En nuestro país persisten múltiples factores de desigualdad en diversos campos, principalmente en el laboral y educativo, entre otros; esto de acuerdo al estudio “Informe de desigualdades en México 2018”, realizado por investigadores de Colmex (El Colegio de México).
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Este trata la desigualdad y la conceptualiza al analizar las desventajas sistémicas a las que se enfrentan en el transcurso de su vida las personas del país, analizando aspectos como acceso a la educación, los ingresos, la movilidad social y el trabajo a partir del año 2000 a la fecha; algo que aún se visualiza como un escenario complejo debido a diferentes fenómenos, entre ellos, el retorno de miles de migrantes de Estados Unidos, quienes tienen dificultades para encontrar empleo, particularmente en el caso de los varones; o también los estragos del campo climático, entre otros.
En el primer apartado, el informe confirma lo que la gran mayoría de mexicanos sabemos desde hace un tiempo atrás, que el acceso a la educación secundaria existe desigualdad socioeconómica y baja en la matrícula en este nivel, lo que significa que la población escolarizada tiene mayores retos de educabilidad. Mientras que, en términos de la calidad de aprendizaje y la finalización del nivel medio superior, las desigualdades educativas siguen siendo severas.
Aún es más vista la desigualdad entre zonas rurales y urbanas, ya que son regiones con poco acceso a la educación secundaria y a terminar el nivel medio superior.
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Los datos arrojados demuestran que la mayoría labora de manera asalariada y que tienen dificultades para encontrar empleo. También, de acuerdo al informe del Colmex, nuestro país tiene una de las tasas de movilidad social más baja en comparación del resto del mundo, y los ingresos laborales de los trabajadores en general se han estancado desde el año 2007, aún cuando los trabajadores cuenten con los conocimientos y talentos suficientes; un panorama muy desalentador.
Otro punto importante en lo laboral, es que aún existe inequidad de género (como en otros países latinoamericanos), puesto que, desde el año 2017 las mujeres tienen mucha desventaja a comparación de los hombres, y tienen pocas probabilidades para insertarse en el mercado laboral en condiciones dignas.
De hecho, una quinta parte de las mexicanas con estudios universitarios (más de un millón), no tiene una ocupación remunerada y se dedican principalmente a trabajos de cuidado; reciben un promedio menor de ingresos que los hombres; y en muchas ocasiones las mujeres que trabajaron sin recibir ninguna remuneración económica fueron poco más del doble que los hombres (según indica el informe que esto sucede desde el año 2017).
Por otro lado, debido a la baja tasa de participación laboral femenina, las mujeres dependen en gran medida del ingreso de su pareja o familiares.
Además de ser las mujeres las más propensas a bajar en la escala socioeconómica y lasque nacen en hogares con pobreza tienen mayor probabilidad de mantenerse en condiciones de marginación en su vida adulta.
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