Aventurarse en el extranjero puede ser muy apasionante, pero casi siempre se presenta el problema del alojamiento; una buena opción es buscar un hostal o albergue, incluso una residencia para jóvenes estudiantes o un piso compartido; o bien vivir una verdadera alojándote con una familia de acogida.
Te dejamos algunos consejos para vivir con una familia de acogida:
Existen algunas agencias, fundaciones y organizaciones dedicadas a acomodar a estudiantes con una familia de acogida; asimismo algunos colegios tienen convenios para estos fines; por lo que te recomendamos que te informes bien al respecto, así como de los requisitos que necesitas cubrir.
Por otro lado, te recomendamos que al momento de llegar con la familia de acogida seas abierto y comuniques bien puntos especiales como alergias, temores, entre otros. Es obvio que deben conocer a fondo sobre tus datos más importantes como papeles, pero es de suma importancia que les comuniques detalles especiales como los que tienen que ver con cuestiones de salud. Además, es mejor discutir preferencias culinarias o restricciones dietéticas; sin embargo, lo mejor es que antes pruebes una gastronomía distinta antes de decir que no te gusta, pues la idea de salir a otro país es conocer cosas distintas a las que estas habituado.
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Algo que te vendrá bien a tu llegada es llevar un obsequio, pues de este modo puedes romper el hielo. No tienes que gastar mucho, alguna cosa de tu país podría ser un gran obsequio y te servirá para ganar puntos. Además, ayudará a tus anfitriones a recordar lo increíble que eras como miembro temporal de la familia.
Es fundamental que respetes normas, actividades y horarios estipulados por parte de la familia de acogida, recuerda que no te encuentras en casa o con tu familia aunque brindes un pago por la estancia, por lo que las horas de llegada, comidas, ir a dormir, realizar una actividad y demás es necesario que te asegures de hacerlo a tiempo. En caso de que debas atender alguna otra actividad (por ejemplo académica, porque perdiste el autobús) y no tengas oportunidad de llegar es necesario que lo indiques a los anfitriones.
Intenta estar en casa para las comidas y ayuda a poner la mesa o lavar los platos. La comida es perfecta para conocer gente y sentarse alrededor de la mesa para cenar es una forma divertida de aprender nuevas palabras y practicar tus habilidades de conversación en el idioma local. De hecho podrías preparar algo de tu país y llevar el intercambio cultural al siguiente nivel.
Es muy común que te encuentres con hábitos distintos a tu país, así que debes aceptar la diferencia; esto te ayudará a conocer aún más sobre la cultura y costumbres, nuevos sabores, nuevas formas de estar en casa, etc.
Algo que no puedes dejar pasar son los modales, así que sé respetuoso, limpia tu espacio, deja en su lugar cada cosa que ocupes, apoya en las compras y labores del lugar. Tampoco tardes más tiempo de lo debido en la ducha o invites visitantes sin haber solicitado un permiso previo. En pocas palabras, intenta comportarte lo mejor que puedas y no olvides dar las gracias y decir por favor.
Otro punto importante es que conozcas a tu familia de acogida y muestres interés por ellos. Haz preguntas, ten curiosidad y trata de aprender de ellos, ya que de este modo podrás descubrir una cultura diferente y practicar tu vocabulario.
En caso de que surja algún problema intenta hablar primero con la familia. Si eso no es posible, habla con la organización que te asignó la familia de acogida.
La mejor recomendación que podemos darte es que disfrutes cada momento de esta estancia, y después de esta continúes en contacto con la familia de acogida y todas las nuevas amistades y contactos nuevos que te ha dejado esta experiencia.
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