A la vista de una entrevista de trabajo te preparas en diferentes aspectos, eliges bien la vestimenta, ensayas un discurso, sales con anticipación para llegar a tiempo, entre muchos otros puntos, pero muchas veces no nos preparamos para un momento en el que el reclutador exprese que puedes estar “sobrecalificado”.
>>Ver cursos de RECURSOS HUMANOS
Antes que nada no vayas a tomarlo como una derrota y pensar que tendrás que buscar en otra parte, ya que también te puedes preparar para hacerlo cambiar de opinión haciéndole ver que con tus aptitudes podrás beneficiar a la compañía.
Por otro lado puedes resaltar que lo que estás buscando es comprometerte con un trabajo a largo plazo, ya que el reclutador al observar a un candidato con calificaciones y experiencia que exceden al cargo a desempeñar, suelen temer que éste busque en cuestión de meses otro trabajo.
“Las empresas desconfían del profesional sobrecalificado porque piensan que esa persona que entra hoy a la empresa por necesidad, si dentro de seis meses encuentra una oportunidad mejor, se irá y a ninguna empresa le gusta contratar a alguien que no esté dispuesto a comprometerse con la compañía y es que nadie quiere invertir tiempo, dinero y capacitación en alguien que luego se va a ir”, dijo Elena Hernández, Gerente de Recursos Humanos de la gaceta Th Capital en entrevista.
Por otro lado, no siempre se trata de que estés sobrecalificado, indicó Hernández, ya que en muchas ocasiones tiene un trasfondo ese comentario, por ejemplo si tu personalidad no hace concuerda con la cultura de la empresa o departamento, o tu imagen no coinciden con las expectativas de puesto, o das la impresión de ser lento, metódico, o que incluso aparentas ser una persona incapaz de adaptarse a nuevas dinámicas de trabajo.
Ahora que si cuentas con varios títulos o has recibido un salario mucho mayor, seguro que el reclutador pensará enseguida que en cuanto se te presente algo mejor te irás del lugar.
>>Ver cursos de SELECCIÓN DE PERSONAL
Otro caso podría ser que eres demasiado inseguro o no suenas poco convincente a las preguntas que te hacen, te sientes sabelotodo o denotas que no sabes qué dices.
Lo ideal es que lo hagas cambiar de opinión, no se trata de caer en el enojo, sino de saber negociar. Para ello debes evitar descalificar la apreciación del reclutador, sin duda tiene experiencia y su instinto le dice que no eres la persona indicada.
A su vez puedes resaltar cualidades donde demuestres que contigo pueden obtener resultados favorables (gracias a tus aptitudes), y reafirmar tus intenciones de que es lo que estás buscando.