En lugar de invertir en instalaciones, las escuelas deberían potenciar el capital social y la cooperación de alumnos, profesores y padres para mejorar las notas.
La mayoría de factores que ayudan a una escuela a tener éxito cuestan un dineral. Desde profesores hasta tecnología pasando por libros de texto o instalaciones… Todo supone una enorme inversión. Ahora un estudio de la Universidad de Ohio ha descubierto un factor que no tiene coste económico y que puede ayudar a que los alumnos tengan mejores notas: el capital social.
Por capital social se entienden las relaciones que se establecen ente la directiva del colegio, los profesores, los padres y la comunidad que al centro. Creando un ambiente y unas normas que promuevan el rendimiento académico, es posible mejorar el desempeño de los alumnos. Así se desprende de una investigación en 96 institutos en Ohio.
Los investigadores también certificaron que esta herramienta es útil independientemente del nivel económico de la zona donde esté el centro. Esto rompe la creencia de que el capital social se da sólo en zonas de clase media y alta. Evidentemente, cuantos más recursos tienen los padres y más recursos dan al centro, mayores ventajas. Sin embargo, las mayores diferencias en cuanto a las notas de los alumnos no tuvieron que ver con factores socioeconómicos.
En términos generales, el capital social de una escuela sirve para predecir cómo lo harán sus alumnos en los exámenes, aunque hay otros factores que también influyen. Así, las escuelas más ricas tienden a hacerlo mejor en igualdad de condiciones de capital social y siguen teniendo una ventaja aún cuando su capital social es algo menor.
En cuanto a la forma para desplegar todo el poencial social de un colegio, el informe apunta al papel de los líderes y la dirección. Jornadas de puertas abiertas, días del padre en clase y otras actividades pueden ayudar a cohesionar a todos los frentes.
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