Aunque muchos centros ya han introducido las nuevas tecnologías en el aula, todavía quedan algunos años para que se normalice su uso y se consoliden unas determinadas pautas de conducta. De hecho, todavía la lectura de un libro completo se hace en papel, el acceso a la red es limitado y las redes sociales se usan más bien con fines ociosos. Sin embargo, es posible dar una serie de pautas para los centros con el fin de optimizar y fomentar su implantación en el día a día del centro educativo.
Uno de esos consejos es que la búsqueda de información en Internet debería ser una actividad que se realice por parte de los alumnos de forma continuada en todas las asignaturas, según se desprende de las recomendaciones que se establecen en la investigación realizada por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona entre 22 centros de Secundaria con el fin de detectar pautas que permitan aprovechar mejor las tecnologías.
La lectura completa de un libro se sigue haciendo en papel y el acceso a redes sociales se hace con fines ociosos
Una investigación a través de la que se aportan otra serie de consejos como que el acceso a la red tendría que enriquecer el input y los materiales didácticos que se emplean en clase para leer y escribir.
Además, es aconsejable que los alumnos puedan utilizar los portátiles u otros aparatos tecnológicos en clase para tomar apuntes, así como fomentar las herramientas de escritura digital cooperativa y aquellas que son de revisión de plurilingüismo como los traductores automáticos, diccionarios o bases de datos lingüísticas.
Igualmente se deben aportar criterios y orden al usar el correo electrónico y aceptar el móvil como un recurso de utilidad en el aula y que tiene que estar presente en ella, por lo que se recomienda que sea aceptado por el profesor, el claustro y la dirección del centro.
Facebook o Whatsapp les enseña a separar la actividad educativa de su vida privada y del perfil personal
También es conveniente fijar unas normas de uso y recursos de gestión claros y eficaces para los profesores y que se diseñen unas reglas para usar grupos en aplicaciones como Facebook o WhatsApp con el fin de que se empleen con un correo escolar y los alumnos aprendan a separar la actividad educativa de la vida privada y de su perfil personal.
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La investigación ha sido realizada dentro del proyecto “IES 2.0 1.1” en el marco del “Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica 2011” del Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España. Coordinada por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, se ha contado con la colaboración de la Universidad Autónoma de Barcelona, Girona y Lleida, participando un total de 14 investigadores y cuatro doctorandos.
El objetivo del estudio ha sido documentar, explorar e interpretar los cambios que se producen en el ámbito educativo con la introducción de los portátiles, WiFi, libros de textos digitales, entornos virtuales de aprendizaje… para comprobar si realmente se aprovechan las posibilidades de la red y de las nuevas tecnologías.
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La investigación fue realizada entre el 1 de enero de 2012 y el 31 de mayo de 2015, período en el que se han compilado más de 1.000 documentos entre escritos, grabaciones de audio, vídeos e imágenes de los 22 centros de enseñanza participantes de Girona, Lleida y Barcelona.
En el estudio se puso el foco en cinco puntos: lectura, escritura, recursos lingüísticos digitales, comunicación digital (email, entorno virtual de aprendizaje y Web 2.0) y redes sociales como WhatsApp, Facebook e Instagram.
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