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¿El sentido del humor también se aprende?

¿El sentido del humor también se aprende?

Una investigación sugiere que el sentido del humor se aprende entre amigos y establece cuatro tipos.

Contar un chiste en público y no recibir a cambio ni una carcajada puede ser por muchos motivos. Pero no hay que irse muy lejos para comprenderlo, pues quizás los mejores amigos pueden tener la respuesta.

Una investigación de la Universidad de Strathclyde (Glasgow, Escocia) muestra cómo los amigos aprenden el humor el uno del otro, desmintiendo así la teoría de que las personas se sienten atraídas por otras que encuentran divertidas las mismas cosas.

Se trata del primer estudio que analiza el humor entre 1.234 niños y niñas con edades comprendidas entre 11 y 13 años quienes tuvieron que responder a una serie de preguntas diseñadas para categorizar su sentido del humor en uno de estos cuatro tipos: ‘humor agresivo’ o bromear sobre alguien que comete un error; ‘humor autodestructivo’ que define a quienes tratan de unirse a personas que bromean sobre cosas negativas o errores de uno mismo; ‘humor de automejora’ cuyo objetivo es animarse pensando en cosas graciosas; o ‘humor afiliativo’ característico de personas que tienen facilidad para hacer reír a la gente.

Los investigadores comprobaron que al comienzo del curso escolar, los mejores amigos no compartían en absoluto estilos de humor. Pero volvieron a repetir el proceso seis meses más tarde para analizar las respuestas y comprobaron que “los mejores amigos comparten un particular estilo del humor, llamado ‘humor afiliativo’”, explica el doctor Simon Hunter.

La investigación liderada por Hunter sugiere por tanto que los mejores amigos comparten un estilo particular del humor denominado ‘humor afiliativo’, que puede contribuir a mejorar y desarrollar una relación de amistad, tal y como comprobaron en parejas de niños que mantuvieron su amistad en el intervalo de seis meses en el que se desarrolló el estudio.

Hunter, que es profesor titular de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Strathclyde, confiesa que “pensábamos que los mejores amigos compartirían mucho de su humor, pero al comienzo de nuestro estudio vimos que no era así” y alude a que no parece ser el caso de que “las aves del mismo plumaje vuelan juntas”.

Por lo tanto, según este estudio, los genes sólo juegan un pequeño papel en el sentido del humor y puede ser posible enseñar a las personas a ser más divertidas. Como concluye Hunter, en caso de corroborar por futuras investigaciones que el papel del ‘humor afiliativo’ es clave en el mantenimiento o la mejora de las amistades, “entonces podría ser de interés enseñarlo a los jóvenes”.

Más información:

Children’s humor types and psychosocial adjustment  

amistad ciencia humor niños