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Once claves en el aprendizaje de once idiomas

Once claves en el aprendizaje de once idiomas

Ser una persona multilingüe no es imposible. Con una serie de consejos es posible hablar muchos idiomas con fluidez.

Aprender idiomas es un handicap para muchas personas y, máxime, cuando se trata no solo de hablar una sola lengua extranjera, sino de tener cierto dominio y fluidez en varias de ellas.

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Un reto que no es imposible y que tampoco es tan complicado como parece. De hecho, es posible lograrlo. Y un buen ejemplo es la experiencia de Luca Lampariello, que ha conseguido hablar 11 idiomas con fluidez entre los que figura chino, alemán, ruso o japonés, entre otros. Una experiencia que cuenta en el blog de Babbel en el que él mismo también aporta una serie de consejos que le han ayudado a conseguir su objetivo.

La primera pauta es que para aprender idiomas es recomendable tener a alguien o algo para que ayude con ese proceso. De este modo, se recomienda apostar más por un guía que por un instructor y recuerda cómo le ayudó con 13 años contar con una profesora particular de inglés que le despertó la curiosidad por el idioma, algo que no consiguieron desde la escuela. Entonces, empezó a leer libros en inglés, a ver películas en versión original todos los días y a hablar con su profesora una vez a la semana durante dos años.

En segundo lugar, hay que buscar elementos de motivación que faciliten el aprendizaje de la lengua como puede ser hacer amistades, enamorarse de una persona que hable ese idioma e incluso son de utilidad las aficiones como la gastronomía, la lectura o el visionado de películas. Lampariello cuenta que con 14 años empezó a ver dos horas de televisión diaria en francés antes de irse a acostar, lo que le ayudó a combinar el aprendizaje de inglés y francés, y vio que era posible.

En el blog también se recomienda que, cuando se encuentra un método que realmente gusta a la persona para aprender el idioma y que le funciona, se debe seguir utilizando para aprender otras lenguas extranjeras. Este hiperpolíglota cuenta que el alemán fue el primer idioma que empezó a aprender por su cuenta y que, después de utilizarlo durante un año y medio, nativos alemanes que conoció durante unas vacaciones se sorprendieron de su buen dominio, algo que le motivó a hacer de los idiomas una parte integral de su vida.

Otra pauta que se puede seguir es aprender una lengua que sea similar a la nativa, porque así va a ser más fácil hablarla desde el principio, tomando como base los conocimientos que ya se tienen de la materna. Y por ello Lampariello se embarcó también a aprender español, «hermana» de su lengua nativa que es el italiano.

En el blog de Babbel se resta importancia al hecho de la dificultad para aprender dos idiomas al mismo tiempo. Es algo posible. Tan solo hay que organizar el tiempo y la energía de cada uno, como explica el joven italiano que comenzó a estudiar portugués al mismo tiempo que chino mandarín.

Entre las recomendaciones igualmente figura no dejarse influenciar por las lenguas extranjeras que deben aprenderse, puesto que no existen “idiomas inútiles”, sino que se considera que todos van a ser útiles en algún momento. De esta manera, una buena manera de elegir la lengua que se quiere aprender es guiarse por sus propios intereses, inquietudes y emociones. Con el holandés le sucedió eso exactamente a Lampariello, que se inició en su estudio porque un día no pudo comunicarse con una chica holandesa a la que conoció en un campamento, una lengua que ahora utiliza a diario con su compañero de piso holandés.

Además, es aconsejable no dejarse intimidar por la dificultad inicial de un idioma por más que se hayan oído comentarios de que es imposible aprenderlo o que es realmente difícil como sucede, por ejemplo, con el chino.

El blog de Babbel también ahonda en la conveniencia de trabajar la pronunciación desde el principio para evitar malos hábitos y que éstos se asienten. En el caso de que el idioma tenga alguna característica peculiar, es mejor incidir más en ella desde el comienzo del aprendizaje.

Si hay características totalmente nuevas en una lengua, tampoco hay que venirse abajo, sino que hay que ser flexibles y adaptarse al método de aprendizaje de ese idioma. En el caso de que no funcione, lo que se aconseja es cambiar el enfoque y, bajo ningún concepto, ceder en el intento.

En los supuestos en los que la persona decaiga en el desánimo porque no avanza o no consigue los objetivos marcados, hay que poner solución buscando algo que pueda revivir ese deseo de aprender. Por ejemplo, una medida que se propone es viajar al país, hacer un vídeo en Youtube o ver una película, como en el caso de Lampariello cuando decidió comenzar a aprender ruso.

Y, sobre todo, hay que viajar porque es una de las acciones más motivadoras que hay. Además, al hacer los viajes, siempre se aprende más y se abren más puertas para el aprendizaje de las lenguas extranjeras.

Más información:

Blog de Babbel

Babbel consejos idiomas