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Lo que debes saber sobre tu contrato en prácticas

Lo que debes saber sobre tu contrato en prácticas

Si todavía no has firmado ningún contrato laboral es fácil que el primero sea un contrato en prácticas. Esto es lo que debes saber antes de hacerlo.

Una de las quejas repetidas por las empresas es que los universitarios no cuentan con formación práctica, que sus estudios no están adaptados al día a día laboral. La forma de suplir esta deficiencia por parte de los estudiantes pasa por cursar prácticas laborales, de buscar experiencias reales lo antes posible.

Para este tipo de situaciones existe el contrato en prácticas. Según explican desde el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) en un documento, su objeto es el de proveer la práctica profesional adecuada al nivel de estudios cursados. El objetivo de este contacto va más allá de tener una experiencia. Y es que lo ideal es que los conocimientos adquiridos actúen a su vez sobre los estudios cursados.

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¿Quién puede firmar un contrato de prácticas?

Este contrato se limita a quienes cuenten con un título universitario o de formación profesional de grado medio o superior o un certificado de profesionalidad en los cinco años anteriores a la firma para los mayores de 30 años. En el caso de los menores de 30 años no importará cuándo se licenciaron.

Características del contrato en prácticas

El contrato en prácticas tiene sus particularidades. Según el SEPE, la primera es que no podrá ser inferior a los seis meses de duración, pero tampoco superar los dos años. Cuando la firma del contrato sea inferior a los dos años, se podrán acordar hasta dos prórrogas para aumentar su duración.

Además, no podrá establecer un periodo de prueba de más de un mes para los licenciados de grado medio, ni de dos para los que cuenten con un título de grado superior o un certificado de profesionalidad de nivel 3.

La ley también fija el salario que deberás percibir y que no podrá ser inferior al 60% del marcado por el convenio el primer año y al 75% el segundo. Además, siempre deberá estar por encima del Salario Mínimo Interprofesional, actualmente fijado en 655,20 euros mensuales.

Además, al terminar el contrato, el trabajador recibirá un certificado con la duración de las prácticas y el puesto que se ha ocupado.

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Ventajas para la empresa

Para el trabajador no hay ventajas aparentes de firmar un contrato en prácticas, más allá de que supone incentivar la contratación de jóvenes.

La cosa cambia para la empresa, que sí cuenta con beneficios concretos. El primero es el propio salario del becario, que suele ser inferior al de un trabajador al uso.

A partir de ahí, si el trabajador es menor de 30 años, pagará un 50% menos de la cuota empresarial a la Seguridad Social por contingencias comunes o del 75% si venía realizando prácticas no laborales.

Además, si convierten el contrato en indefinido, podrán disfrutar de una bonificación de 500 euros en las cuotas a la Seguridad Social durante tres años y de 700 en el caso de las mujeres. En otras palabras, muchas ventajas y pocos inconvenientes. Y es que si el trabajador funciona, no hay mejor forma de crear cantera.

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