El impacto de la pandemia en el mercado de trabajo en España ha puesto de manifiesto la importancia de la formación ante la destrucción de empleo que se ha producido y que ha afectado a las personas con menor nivel formativo.
La formación como elemento clave para acceder a un empleo.
En el último año se han destruido 697.400 puestos de trabajo, observándose que 162.600 personas (el 15,5%) que han perdido su empleo tenían estudios de Educación Primaria, mientras que 457.700 personas que se han quedado sin su puesto de trabajo habían cursado la primera etapa de Educación Secundaria y 116.000 personas que también han pasado a no tener empleo tenían un nivel de educativo correspondiente a la segunda etapa de la educación secundaria o de Formación Profesional.
El número de ocupados solo ha aumentado en las personas con estudios superiores –la tasa de empleo en 2018 se situó en 78% en España según datos de la OCDE-, reduciéndose en el resto de niveles inferiores. Los datos del último año confirman que un total de 38.900 personas con este nivel formativo han sido contratadas, lo que supone un crecimiento del 0,4%, según los datos facilitados por Adecco Group Institute con motivo del Día Internacional de la Educación (24 de enero), que se ha celebrado este domingo bajo el lema ‘Recuperar y revitalizar la educación para la generación covid-19’.
Si se observan los datos en términos absolutos, se constata que, de los 19,2 millones de españoles que están ocupados, un total de 8,7 millones tienen formación superior, mientras que 4,6 millones cuentan con estudios de segunda etapa de formación secundaria o de Formación Profesional y 4,9 millones han cursado la primera etapa de Secundaria. Los ocupados españoles con estudios de Educación Primaria suponen 884.400 ocupados.
Los titulados universitarios son, además, los más demandados por las empresas en las ofertas de empleo. De hecho, tener un título universitario es un requisito imprescindible en cuatro de cada diez ofertas de empleo. Es decir, el 38,8% de las ofertas de empleo son solo para este colectivo.
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Las posibilidades de empleabilidad aumentan aún más cuando el nivel de estudios es todavía superior y se ha cursado un máster o postgrado, que se demandan en el 42,7% de las ofertas de empleo. Teniendo en cuenta el global de las ofertas de trabajo publicadas, en el 3,55% se indicaba como requisito tener este nivel formativo, porcentaje que es más del doble del registrado en 2018 cuando este dato se situó en el 1,4%.
Esta formación, además, es un claro elemento diferenciador del profesional, ya que las empresas se decantarían por el candidato con este nivel de estudios en un proceso de selección ante perfiles similares. Tanto el máster como el postgrado tienen también otras ventajas porque facilitan el acceso a un primer empleo, aparte de favorecer la mejora de la categoría profesional en profesionales con experiencia.
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Y, frente a los titulados universitarios y/o con estudios de máster y postgrado, se sitúan los que tienen formación de Educación Secundaria Obligatoria, que figuran entre los menos demandados en las ofertas de empleo de las empresas. En concreto, en el último año, solo en el 9% de las vacantes publicadas se exigía que el candidato tuviera el Graduado Escolar, sin pedirse ninguna otra formación superior.
Y, ¿qué sucede con la FP? Desde entidades como la OCDE se ha apostado por la formación profesional como el itinerario formativo más adecuado para acercar a los alumnos al mercado laboral. Y razones no faltan para pensar así. Dentro de la formación no universitaria, la FP es la más demandada en las ofertas de empleo, concentrando el 38,76% de las vacantes. Un porcentaje que se aproxima a las ofertas de trabajo para titulados universitarios.
Sin embargo, en el último en año en España, la formación profesional, a pesar de que crece en el número de alumnos, es elegida solo por el 17,8% de los estudiantes de 17 años en la segunda etapa de la Educación Secundaria.
Son datos que ponen de manifiesto la “necesidad de superar la tradicional desconexión entre formación y oferta de empleo”, explica Javier Blasco, director del Adecco Group Institute. “La importancia estratégica de potenciar un modelo de recualificación para adaptarse a los cambios venideros y la necesidad coyuntural de reorientación profesional en los sectores más castigados por la pandemia, nos dan luz sobre el potencia de la formación para el empleo”, añade el directivo.
Y, en el caso de España, acabar con esta desconexión entre formación y mercado de trabajo y abordar esta recualificación es especialmente importante por los niveles de abandono temprano de la educación (personas entre 18 y 24 años que no han terminado la Educación Secundaria). En 2019, estos ratios se situaron en el 21,4% para los hombres y en el 13% para las mujeres, figurando entre los más altos de la Unión Europea. De hecho, solo son superados por Bulgaria, Malta y Rumanía.
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