¿Existe un día idóneo para hacer un examen? Para determinar cuál es el mejor día de la semana hay que tener en cuenta múltiples factores personales, desde el ritmo biológico a los hábitos de estudio y las condiciones emocionales del estudiante.
A las puertas de la PAU o Selectividad, y de otras tantas pruebas y exámenes cruciales que tienen lugar en estas semanas en todos los niveles educativos, analizamos cuál podría ser el mejor día para hacer un examen, e incluso la hora para rendir mejor.
¿Cuál es el mejor día de la semana para hacer un examen?
Para determinar qué día o días son los mejores de la semana para realizar una prueba o examen, hay que tener en cuenta algunas consideraciones a modo de orientación, según Copilot (IA de Microsoft).
– Días intermedios de la semana: numerosos estudios sugieren que los días intermedios, como el miércoles o jueves, pueden ser óptimos para la realización de exámenes. A mitad de la semana, es probable que ya estés en sintonía con tu rutina y hayas asimilado mejor la información, sin estar tan abrumado por el cansancio acumulado que puede caracterizar a los lunes o viernes.
– Efecto del lunes y el viernes: los lunes, tras el fin de semana, suelen venir cargados de ajustes y, a veces, ansiedad por comenzar la semana. Por otro lado, los viernes pueden venir acompañados de fatiga acumulada y la anticipación del fin de semana, lo que en algunos casos puede disminuir la concentración. Elegir un día intermedio puede evitar ambos extremos.
El mejor momento del día para hacer un examen según la ciencia
La hora en la que se realiza el examen también es crucial. Se ha observado que muchas personas tienen una mejor capacidad de concentración y rendimiento intelectual entre las 10 de la mañana y el mediodía.
La mejor hora del día son las 13:30 horas.
Un estudio de la Universidad de Granada y la Universidad de Bolonia revela que la mejor hora del día para un rendimiento máximo de los universitarios son las 13:30 horas. Además, obtienen mejores notas si lo comparamos con los exámenes que se realizan por la mañana, concretamente a las 9:00 horas.
Sin embargo, este mismo estudio apunta que las notas de los estudiantes podrían volver a bajar cuando se examinan alrededor de las 16:30 de la tarde.
Otros factores personales que también influyen
La ansiedad y el estrés pueden afectar la capacidad de concentración, procesamiento de la información y memoria durante un examen. Trabajar en técnicas de relajación, como la respiración profunda o la meditación, y desarrollar estrategias para manejar el estrés antes y durante la prueba puede marcar una gran diferencia.
Dormir lo suficiente, mantener una dieta equilibrada y hacer ejercicio contribuyen a un funcionamiento óptimo del cerebro. Un descanso inadecuado o una alimentación desordenada pueden influir negativamente en la capacidad de retener información y en la agilidad mental durante el examen.
Estar motivado y contar con la seguridad de haber dominado el material de estudio potencia el desempeño. La autoconfianza influye en la manera en que se afronta la prueba.
El manejo adecuado del tiempo de estudio y la estructuración de un plan de trabajo personalizado son aspectos esenciales en el proceso de preparación. Por otro lado, un entorno tranquilo, libre de distracciones y con el apoyo de familiares o amigos, facilita la concentración y reduce la ansiedad.