Vivimos en una sociedad cargada de información en la que nos preocupamos constantemente por adquirir nuevos conocimientos. Sin embargo, este ritmo de vida que nos marcan los avances tecnológicos y el trabajo nos lleva a prestar poca atención a nuestras emociones.
¿Qué es la Inteligencia Emocional?
La Inteligencia Emocional es la parte de la Psicología que se ocupa de analizar las emociones positivas y del impacto que ésas tienen en nuestra vida, tanto en la esfera personal, como en la profesional.
Según el conocido psicólogo estadounidense, Daniel Goleman, la Inteligencia Emocional es “la capacidad de identificar, regular y expresar adecuadamente las emociones, reconociendo el momento, la intensidad con la que se presentan y las personas correctas para mostrarlas. Estas características permiten estimular la empatía y la confianza en las relaciones personales”.
Por lo tanto, queda claro que las emociones son un pilar esencial para mantener una comunicación adecuada con nuestro cuerpo, pues son capaces de mostrar cómo nos percibimos en cada momento.
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Cinco claves para mejorar la Inteligencia Emocional
Algunas de las principales claves para mejorar tu inteligencia emocional desde el punto de vista de la Psicología son las siguientes:
1. Registrar las emociones
Reconocer las emociones es, básicamente, saber qué estamos sintiendo en cada momento y ponerle nombre a eso que estamos sintiendo.
Los psicólogos aseguran que llevar un registro de las emociones que vamos sintiendo durante el día es una de las mejores claves para mejorar nuestra Inteligencia Emocional.
Tan sólo hay que tomarse entre 10 y 20 minutos cada día para identificar cuáles son las emociones que hemos experimentado y en qué estado llegamos al final del día.
2. Comprender las emociones
La fase de comprensión de las emociones nos permite entender cuál es la función que está cumpliendo esa emoción y saber cómo podemos utilizarla para mejorar.
Y es que los seres humanos tendemos a evitar todo aquello que nos hace sentir mal para restarle importancia a lo que nos pasa.
3. Practicar meditación
Además de sentirlas y comprenderlas, las emociones hay que regularlas. Y la mejor forma de conseguirlo es a través de la meditación. Además de relajarnos, la meditación nos ayuda a identificar mejor cuáles son las emociones que sentimos y a reconocerlas en el momento en el que llegan hasta nosotros.
4. Compartir las emociones con los demás
Los psicólogos coinciden al señalar la importancia de compartir las emociones para evitar que puedan hacernos sentir mal.
Y es que, saber expresar las propias emociones nos ayuda a mantener relaciones personales más cercanas. En este sentido, se puede recurrir, por ejemplo, a utilizar expresiones de cariño como un ‘te quiero’ o un ‘me gusta’, para mantener una relación sana. O también, preguntar a la otra persona cómo se siente o si ha tenido un buen día.
Las personas que no sean particularmente expresivas pueden recurrir también al lenguaje corporal, o lo que es lo mismo, a utilizar gestos como el contacto visual, dar un abrazo o un beso a sus seres queridos.
5. Buscar el porqué de las emociones
Otra de las claves para desarrollar y mejorar nuestra Inteligencia Emocional es no quedarse en la emoción que experimentamos en sí misma sino, también, indagar un poco más allá y tratar de averiguar el por qué la sentimos.
Y es que, buscando el porqué de las reacciones que tenemos en cada momento, conseguimos entender un poco mejor a las personas que nos rodean y empatizamos mejor con ellas.