El profesor César Bona ha puesto en marcha la segunda entrega de un particular diccionario etimológico, cuyos autores son sus alumnos de quinto de Primaria del colegio Puerta de Sancho, de Zaragoza. Pero el diccionario tiene una peculiaridad, y es que son los propios chavales los que se inventan el significado de las palabras. Por eso se llama “Definiciones a nuestra marcha”. Después, su profesor las publica en Facebook y el éxito no se ha hecho esperar, pues las visitas y las veces que el documento se comparte crecen a gran velocidad día tras día.
Dejando a los niños que desarrollen su creatividad, no sólo aprenden jugando, sino que se crean definiciones muy divertidas, como “Denigrante: emigrante que viene de la ciudad de Denia. Ejemplo: Ese denigrante ha venido a Madrid” o “Defecar: es un coche inglés que está defectuoso. Ejemplo: Me compré un defecar por 1347”.
“Utopía: autovía de medio carril para ir a Barcelona. Ejemplo: Hay que ir por la utopía”.
O esta otra: “Pionero: es un prisionero que pía para escapar de la cárcel. Ejemplo: El pionero no pudo escapar”. Aunque también la palabra pionero puede significar “Un tipo de pájaro. Ejemplo: En Valladolid hay muchos pioneros”.
También publica la definición creada por uno de sus alumnos al término «crepúsculo»: «es una marca de crema que se echa en los músculos para darles brillo. Ejemplo: Me voy a comprar la crema crepúsculo para que me brillen los músculos».
César Bona, licenciado en Filología Inglesa y diplomado en Magisterio, no cree en el dicho de “la letra con sangre entra”. Al respecto de su iniciativa comenta que “cuando damos la oportunidad a los niños de imaginar, de crear y de mostrar otra manera de ver las cosas encontramos regalos como las definiciones de palabras que han hecho reír a tantas personas”. Como el docente también busca que los niños terminen aprendiendo a través del juego, Bona señala que “tras imaginar y compartir sus propias definiciones, entre todos buscamos el significado real y escribimos historias que contienen esas palabras”.
No es la primera vez que Bona elabora un proyecto educativo innovador. En Bureta, donde dio clases, el colegio solo tenía seis alumnos, y dos de ellos no se hablaban porque sus familias estaban enfrentadas. Al profesor se le ocurrió hacer una película de cine mudo con los dos alumnos como protagonistas. Tras la implicación de todo el pueblo, los estudiantes terminaron reconciliándose. En otra ocasión, sus alumnos de Muel crearon una ONG Virtual que logró que el alcalde del pueblo prohibiera los circos con animales y los estudiantes terminaron hablando en las Cortes.
Dice César Bona que él era un niño tímido que no se atrevía a participar en clase, y por eso busca la implicación de sus alumnos, fomentando valores como el respeto, la empatía y el esfuerzo, utilizando poco el libro de texto y mucho la imaginación. Todo ello le ha valido haber sido elegido como uno de los 50 candidatos, y el único español, al Global Teacher Prize, algo así como un Nobel de los profesores, que la fundación Varkey Gems entrega al candidato que considera con más méritos, junto con un millón de dólares de premio.
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