Aunque, según diferentes estudios, los síntomas del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) suelen reducirse durante la etapa de transición de la infancia a la adolescencia, estos síntomas persisten entre el 50% y 70% de los casos. ¿A qué se debe este cambio en la trayectoria del desarrollo de este trastorno? Ésa es la pregunta que han querido responder un grupo de investigadores del Centro para Niños y Familias de la Universidad Internacional de Florida.
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El ambiente emocional del hogar influye en el desarrollo de síntomas de TDAH
Para ello, en este estudio, publicado en la revista Journal of Abnormal Psychological, analizan la relación entre el ambiente emocional de la familia y la evolución del TDAH en niños cuando pasan a la adolescencia. Así, Erica D. Musser, psicóloga de la Universidad Internacional de Florida, ha descubierto que los niños con TDAH cuyos padres mantienen una actitud muy crítica y sobreprotectora hacia ellos a lo largo del tiempo, no solo no remiten sus síntomas sino que éstos persistan en niveles altos.
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En línea con investigaciones previas, es más probable que los niños con TDAH tengan padres que sean muy críticos con ellos y además de forma continuada en el tiempo. Sin embargo, «no podemos decir que las críticas sean la causa de la persistencia de los síntomas de este trastorno», puntualiza Musser.
Menos sobreprotección y críticas, clave para la reducción de los síntomas
Además, Musser ha observado los posibles impactos tanto del TDAH sobre las familias como de las familias sobre este trastorno. De ahí que concluye que “las intervenciones para reducir la elevada crítica paterna podrían llevar a una reducción de los síntomas”, al mismo tiempo que “otros esfuerzos por mejorar los síntomas graves de niños con este trastorno podrían disminuirla “censura” paternal, generando, con el tiempo, un mayor bienestar en la familia”.
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En este estudio longitudinal que ha durado tres años han participado 515 niños de entre 7 y 13 años, de los cuales 388 tenían el TDAH y 127 pertenecían al grupo de control (que no padecían este trastorno), así como sus padres.
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El objetivo de esta investigación era identificar de forma empírica las trayectorias de desarrollo de los síntomas del TDAH y los del Trastorno de Oposición Desafiante (TOD). Finalmente, se acabó demostrando que los factores del ambiente emocional de un hogar, como el alto nivel de crítica paterna, están relacionados con el curso de desarrollo de los síntomas del TDAH y TOD.
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Los participantes de este estudio fueron evaluados en tres momentos diferentes, con un año de separación entre medias. Por un lado, se examinó la progresión de los síntomas de los niños con TDAH y TOD. Por otro, en dos momentos diferentes se grabaron discursos de cinco minutos de los padres hablando de sus hijos, tiempo durante el cual se podía observar la emoción expresada, las críticas y los sentimientos de sobreprotección paternos.
Analizando estas grabaciones sonoras, los investigadores descubrieron que los hijos con TDAH cuyos padres presentaban, de forma constante, altos niveles de crítica hacia sus hijos – haciendo comentarios negativos sobre ellos o sobreprotegiéndolos- no lograban reducir sus síntomas en la misma medida que aquellos niños con padres no excesivamente críticos. Además, en estos casos, los altos síntomas de hiperactividad e impulsividad perduraban, pero no siempre pasaba lo mismo con los síntomas del Trastorno de Oposición Desafiante (TOD).
En el estudio, a la hora de analizar los síntomas de hiperactividad e impulsividad, se observaron cuatro trayectorias y sólo en una de ellas persistieron los elevados síntomas, lo cual se relaciona con los constantes niveles de crítica de los padres hacia sus hijos con TDAH.
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Al examinar los ratios de déficit de atención de los niños, los investigadores distinguieron tres trayectorias y sólo en una de ellas no se presentó mejoría y persistieron los problemas de falta de atención, aunque en este caso no tiene relación con las constantes críticas paternas.
Los investigadores evaluaron también la evolución de los síntomas del TOD y, en base a ello, diferenciaron tres trayectorias, de las cuales solo en una se mantuvieron síntomas elevados y persistentes o incluso que habían empeorado, lo que se relaciona con la mera exposición. De esta forma, se considera que este comportamiento podría desarrollarse a edad temprana en la infancia frente a un ambiente de crítica paternal y permanecer relativamente estable aunque los padres cambiasen su actitud con el paso del tiempo.
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