La educación sexual que se imparte a niños de todo el mundo está “alejada de la realidad”. Así de contundente es la conclusión principal de una investigación publicada en la revista científica British Medical Institute.
El estudio, encabezado por la investigadora Pandora Pound de la Universidad de Bristol (Reino Unido), sugiere que muchos estudiantes encuentran las clases de sexo demasiado moralistas, científicas y alejadas de la realidad como para ayudarles a superar determinadas situaciones y sentimientos. “Los colegios tienen dificultad en aceptar que muchos jóvenes tienen una vida sexual activa, lo que les hace estar desconectadas de la realidad”, asegura la doctora Pandora en la nota de prensa difundida a los medios.
Los estudiantes encuentran las clases de sexo demasiado moralistas, científicas y alejadas de la realidad
Durante el estudio, se observó que las alumnas que participaban demasiado en estas lecciones después eran acosadas por sus compañeros; mientras que los alumnos demostraron comportamientos de ansiedad por intentar esconder su ignorancia sobre el sexo.
Las mayores críticas que los alumnos hacen de estas lecciones es la forma en la que se enfocan las relaciones, ya que consideran que se presta demasiada atención a los heterosexuales y que se imponen unos roles en los que la mujer tiene un papel sumiso y el varón, uno depredador.
Una de las quejas frecuentes es la poca información que se da sobre el embarazo o el uso de métodos anticonceptivos
Tampoco les gusta que los mismos profesores que imparten asignaturas generales sean los encargados de hablar de educación sexual, debido a “la pérdida de anonimato, la vergüenza y la falta de entrenamiento en la materia”. Además, la forma en la que tratan el sexo –desde un punto de vista demasiado científico, moralista y poco erótico- no ayuda a que muestren interés durante la lección.
Otra de las quejas frecuentes es la poca información práctica que se da ante situaciones como el embarazo o los pros y contras de usar métodos anticonceptivos. A esto hay que sumar que muchos creen que estas clases llegan demasiado tarde.
Para solucionar todos estos problemas, los autores del estudio proponen que las clases las den educadores sexuales externos, que se impartan a una edad más temprana, hablar sobre el sexo desde un punto de vista positivo y reflejar mejor la realidad a la que se enfrentan los jóvenes. Estas medidas “mejorarían la salud sexual de la gente joven y reduciría la violencia sexual”, sentencia la doctora Emmerson, otra de las investigadoras del estudio.
Para la investigación se analizaron 55 estudios previos –procedentes de países tan diferentes como Irlanda, Irán, Suecia, Brasil y Reino Unido, entre otros- sobre la visión que tenía los jóvenes de la educación sexual. A pesar de las diferencias geográficas y culturales de estos países, los investigadores consideran que las conclusiones son válidas para todos ellos.
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