Museos y niños son dos términos perfectamente compatibles hoy en día. De hecho, muchos de los más importantes museos y pinacotecas organizan actividades y visitas orientadas a los más pequeños, con el objetivo de que puedan aprender de una forma lúdica y atractiva.
Según el informe “Efectos a largo plazo de los museos y ferias de la ciencia en España”, realizado por la Universitat Pompeu Fabra y financiado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, los museos y las exposiciones científicas constituyen una clara contribución al sistema educativo de la ciudad donde se asientan.
Entre los efectos a corto plazo sobre los visitantes, quizá el más importante es el impacto emocional de la experiencia, que se deja ver también en los más pequeños. La visita a un museo puede despertarles la curiosidad por un tema específico durante un tiempo, así como la necesidad de buscar más información al respecto. En cuanto los efectos a largo plazo, los adultos recuerdan cómo la visita a los museos contribuyó a su formación cuando eran niños.
Hoy en día, prácticamente todos los museos incluyen en la agenda de sus actividades algunas orientadas a los más pequeños. En el Museo Thyssen de Madrid, por ejemplo, hay programadas visitas taller para familias con niños entre seis y doce años. Durante dos horas y media se realiza un recorrido por el museo. Primero se observan cinco cuadros de la colección permanente y de la colección Carmen Thyssen, y después se pasa a realizar un taller práctico, donde se pondrán en práctica los contenidos y los conceptos trabajados previamente en las salas del museo.
Existen diferentes recorridos en los que se puede reflexionar sobre la representación del cuerpo humano, el color o el concepto del tiempo. En otros se propone a los niños elegir los cuadros que más les llamen la atención e inventarse una historia, mientras que en otras visitas los pequeños tienen que resolver un misterio o descubren cómo se hacen los retratos.
En el Museo del Prado (Madrid), en colaboración con la Fundación La Caixa, se ofrece el programa “El arte de educar”, que incluye visitas a las colecciones y ofrece un completo material de apoyo vinculado a las mismas.
El programa está orientado a grupos escolares de Educación Infantil a Bachillerato. Los alumnos pueden visitar el museo libremente, dirigidos por sus respectivos profesores. La única condición es formalizar la reserva, que es gratuita, con un mínimo de 24 horas de antelación. Este año, el calendario de visitas finaliza el 24 de junio. Después, se reabre en el mes de octubre.
Otras posibilidades de actividades infantiles son las que propone el Ministerio de Cultura en sus diferentes museos. En el Museo Sorolla, por ejemplo, los niños pueden participar de un taller al aire libre, orientado para pequeños de 45 a 12 años. En el Museo de América también se organizan actividades para familias con niños de 3 a 7 años, o de 8 a 12 años. Por su parte, en el Museo Nacional de Escultura se ofertan talleres para niños, así como el Museo Nacional de Antropología y el Museo Nacional de Escultura.
En cuanto a los museos que según los expertos son más adecuados para los niños, destaca el Museo de la Piratería en las Palmas, y el Museo de Ciencias Naturales de Madrid. En el Museo de las Villas Romanas de Valladolid los niños realizan un viaje en el tiempo hasta la época romana.
Para descubrir la ciencia de forma interactiva se recomienda Cosmo Caixa Barcelona, y Domus en A Coruña, así como el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia y el Parque de las Ciencias de Granada. En cambio, entre las visitas más originales se encuentra el viaje al centro de la Tierra propuesto por el Parque Minero de Almadén en Ciudad Real, un paseo entre dinosaurios en Dinópolis (Teruel) y el Museo de Arte Contemporáneo de León.
Más información:
Informe UPF. “Efectos a largo plazo de los museos y ferias de la ciencia en España”
Museo Thyssen
Museo del Prado