Los profesionales dedicados al ámbito de la educación social tienen un conocimiento limitado de las competencias digitales. Es una de las principales conclusiones de un estudio interdisciplinario de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). En él se pone de relieve cuál es el nivel de formación en competencias digitales de los profesionales de la educación social.
Para llevar a cabo este estudio, los investigadores incluyeron una encuesta realizada entre 150 educadores sociales de España (siete de cada diez mujeres), que arroja datos esclarecedores sobre cuál es la situación actual.
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Los datos muestran que la mayoría de las personas encuestadas son proclives a utilizar las tecnologías, y que se ven competentes en un nivel básico de conocimiento de las herramientas digitales.
Entre las herramientas digitales se incluye, por ejemplo, manejar plataformas de gestión de contenidos para producir publicaciones multimedia; grabar, editar y subir contenido a plataformas digitales, o compartir y distribuir contenidos en redes.
Sin embargo, los educadores sociales encuestados admitieron que tienen menos competencias digitales críticas, es decir, menos conocimientos sobre las características elementales de los servicios digitales. Así es sobre el uso que hacen de los datos personales o sobre la legislación vigente relativa a internet.
La mayoría son autodidactas
Según esta encuesta, la mitad de los educadores sociales (53,1%) asegura haber recibido formación en aspectos digitales. Sin embargo, una gran mayoría reconoce que fue de forma autodidacta.
Otras de las vías de adquisición de competencias señaladas por los encuestados han sido a través de familiares y amigos, actividades profesionales, sistema educativo y también en academias de formación.
Los resultados de este informe apuntan a que existe una predisposición a adquirir las competencias digitales necesarias para incorporarlas en la práctica profesional.
Pero en realidad, cuando estos profesionales incorporan las herramientas digitales lo hacen porque existe un uso cotidiano y un esfuerzo autodidacta.
Por ello, según los autores, los resultados refuerzan la necesidad de desarrollar una propuesta formativa sobre tecnologías digitales adaptada a los profesionales de la educación social.