Las familias españolas han tenido que incrementar en un 28% su gasto en educación desde que comenzó la crisis como consecuencia de los recortes en las Administraciones públicas, que han sido de un 15% en materia educativa. Según el último informe de la Fundación BBVA, esta situación condiciona la igualdad de oportunidades en las aulas y ponen a España a la cabeza de los países europeos que más dinero tienen que desembolsar las familias en la educación de sus hijos.
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El informe, realizado conjuntamente con el Instituto valenciano de Investigaciones Económicas, sostiene la necesidad de crear un fondo de reserva en Educación para garantizar la sostenibilidad financiera del sistema educativo y protegerlo frente a posibles futuras crisis.
De la investigación se desprende que las familias gastaron 9.567 millones de euros en Educación en el año 2000, una cantidad que ascendió a 10.050 millones de euros en 2009 y a 12.882 millones de euros en 2014.
En la etapa universitaria es donde más se ha incrementado el gasto, al aumentar el precio de las carreras. Sin embargo, el 60,8% de los gastos dedicados por la familia a la educación pertenecen a extraescolares, libros, uniformes y transporte. En cualquier caso, el porcentaje varía en función de las rentas familiares. Las familias con mayores ingresos dedican un porcentaje cuatro veces mayor, y los gastos se duplican cuando se trata de un centro concertado, mientras que en los privados se cuadriplican.
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En España, el esfuerzo (un 0,5% del PIB) ha sido superior al realizado en la UE (04% de media). Pero el gasto del sector público en educación es inferior en España (3,8%) que en Europa (4,6%). Si el gasto público total en Educación aumentó un 36% en nuestro país de 2000 a 2009, desde esta fecha hasta 2014 ha caído un 15%. También ha disminuido el gasto público por alumno, pasando de un 25% a un 20%, lo que supone la misma cantidad que en el año 2000.
Asimismo, la financiación por alumno dirigida desde la Administración a los centros públicos (lo que supone el 91% de sus fondos) ha disminuido más que la orientada a los centros privados. En 2013, los niveles de la financiación a los centros públicos se situaban al nivel de los que estaban en vigor en 2004, mientras que los recursos por alumno caían a niveles de 2001. En cambio, las familias han incrementado su aportación a la financiación de la educación pública, pasando de un 4,3% en 2009 al 6,3% en 2013.
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Los expertos coinciden en señalar que la irregular financiación pública de la educación desde la crisis ha puesto en riesgo la estabilidad financiera del sistema educativo, por ello recomienda hacerla más eficiente y controlar el crecimiento del gasto en las fases de expansión económica, así como potenciar el acceso a la Educación Infantil, ya que solo uno de cada dos alumnos menor de tres años va a la escuela. También se considera imprescindible fortalecer la Educación Primaria, doblar esfuerzos en la FP e incrementar los recursos de apoyo a los alumnos con dificultades y a los centros de entornos desfavorables.
Más información:
Cuentas de la Educación en España 2000-2013
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