Las preferencias de un niño sobre un determinado juguete aparecen a muy temprana edad. En un momento en que proliferan las campañas para que la elección de los juguetes no sea sexista, un estudio de la City University de Londres y la UCL muestra que a los nueve meses de edad los niños y las niñas prefieren los juguetes asociados tradicionalmente a su propio género, y con el paso del tiempo ambos géneros comienzan a preferir los estereotipados como juguetes de niños.
La investigación, que ha sido publicada en la revista Infant and Child Development, sugiere que los niños y las niñas siguen diferentes vías de desarrollo con respecto a la elección de sus juguetes. Según los investigadores, las preferencias tienen tanto una herencia biológica como un componente ambiental.
Las pruebas del estudio tuvieron lugar en Reino Unido, y los niños tuvieron que interactuar con los juguetes sin la presencia de sus padres. Los objetos utilizados fueron una muñeca, un oso de peluche de color rosa y una olla de cocina como juguetes asociados a las niñas, mientras que los juguetes estereotipados para niños fueron un coche, un oso de color azul, una excavadora y una pelota.
Los 101 niños participantes en el estudio se dividieron, a su vez, en tres grupos de edad: de 9 a 17 meses, de 18 a 23 meses, y de 24 a 32 meses. Los expertos comprobaron que, en cada grupo de edad, había niños y niñas que preferían los juguetes estereotipados para su género. Sin embargo, aunque esta tendencia es más marcada a edades más tempranas, con el tiempo tanto niños como niñas comienzan a preferir los juguetes socialmente asociados a los niños.
Los expertos en Psicología consideran que las diferencias de sexo existentes tanto en el juego como en la elección de juguetes resultan interesantes para campos como la práctica educativa y la teoría del desarrollo. Así, las diferencias biológicas propias del género dan como resultado que los niños de corta edad tengan más habilidad en el procesamiento espacial, mientras que las niñas están más interesadas en la motricidad fina, la manipulación de objetos y la observación del rostro.
Así, los niños de entre 9 y 17 meses, que ya podían gatear o caminar, y que por lo tanto hicieron selecciones libres e independientes, se decantaron por el balón, mientras que las niñas de la misma edad prefirieron la olla de cocina.
Más información:
Preferences for ‘Gender-typed’ Toys in Boys and Girls Aged 9 to 32 Months