El razonamiento espacial medido en bebés puede predecir habilidades matemáticas futuras, según los resultados de un reciente estudio de la Universidad de Emory, en Atlanta (EE.UU), que ha sido publicado en la revista Psychological Science.
Para llegar a esta conclusión los investigadores estudiaron diferentes parámetros en bebés, incluyendo vocabulario, memoria espacial a corto plazo y capacidad de procesamiento, y encontraron que una buena capacidad espacial a edades tempranas puede dar lugar a mejores habilidades matemáticas en un futuro. Estos datos ayudan a entender, según los científicos, la necesidad de potenciar las capacidades espaciales a edades tempranas, ya que son habilidades maleables que pueden mejorar con el entrenamiento.
Investigaciones anteriores apuntaban a que los adolescentes de 13 años con mejores aptitudes espaciales tenían más posibilidades de alcanzar logros profesionales en los campos de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas incluso 30 años después. Sin embargo, en este estudio se decidió estudiar a un grupo de 63 bebés, de entre 6 meses a 13 meses de edad, algo novedoso hasta el momento.
El estudio midió la habilidad visual-espacial de los bebés consistente en la capacidad de rotar los objetos mentalmente, lo que se considera una característica de la inteligencia espacial. La tecnología permitió medir cuándo y durante cuánto tiempo los bebés miraban las piezas que los científicos les presentaban, teniendo en cuenta que las posiciones simétricas son las que resultan más interesantes para los bebés de esta edad.
El 84% de los niños regresó cuatro años más tarde para terminar de completar el estudio. Los participantes fueron evaluados individualmente con el fin de poder medir su inteligencia espacial, al tiempo que tuvieron que demostrar el dominio de conceptos matemáticos simbólicos muy simples. Los resultados demostraron que quienes tenían más habilidades espaciales de bebés habían desarrollado mayores capacidades matemáticas ya de niños.
Los investigadores creen que los resultados del trabajo pueden ayudar a entender mejor la naturaleza misma de las matemáticas, al tiempo que también pueden ayudar a diseñar intervenciones para niños que sufren discalculia, un trastorno que conlleva problemas en la comprensión matemática, lo que afecta aproximadamente a un 7% de los niños, en un porcentaje similar a la dislexia. Por ello, los científicos insisten en la necesidad de trabajar la inteligencia espacial de los niños, incluso a edades tempranas.
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Spatial Processing in Infancy Predicts Both Spatial and Mathematical Aptitude in Childhood