La docencia es una de las profesiones en las que la vocación es fundamental. De hecho, la mayoría de los maestros eligen esta actividad laboral porque les gusta enseñar y estar en contacto con los estudiantes.
Sin embargo, la práctica profesional no siempre satisface a los profesores. De hecho, cuando se incorporan a la docencia suelen aparecer pronto las primeras dudas o las ideas de abandonar la profesión en un período corto de tiempo.
Es una situación que se ha constatado a través de una encuesta realizada por Taylor & Francis Group a alrededor de 1.200 maestros y que arroja datos concluyentes: entre el 40% y el 50% de los encuestados afirmó haberse retirado o apuntó su intención de abandonar la profesión en el plazo de diez años.
Una cifra que llama la atención porque el 75% veía la docencia como una carrera a largo plazo y un 50% reconocía que se dedicaba a la docencia por “amor”. Aparte, los graduados del UCL Institute of Education afirmaron en un 69% haber elegido la profesión por “hacer una diferencia” y un 64% aseguró que optó por ella por trabajar con jóvenes.
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El porqué de la desmotivación de los profesores
Los motivos de este desencanto o pérdida de vocación en tan corto plazo responden a factores como la dificultad de encontrar el equilibrio entre la vida laboral y profesional, aspecto que fue indicado por el 75%, de acuerdo con los datos de esta encuesta que, recientemente, se ha publicado en el ‘British Journal of Educational Studies’.
No obstante, la falta de compromiso con la profesión también responde a otros aspectos. Por ejemplo, el 71% manifestó que esta desmotivación estaba vinculada con la carga de trabajo, aunque no debe entenderse este concepto como la cantidad de tareas, sino más bien por la responsabilidad y el rendimiento. Como tercer factor, señalaban la cultura orientada hacia el objetivo (el 57%).
Además, este desencanto se produce a pesar de que los docentes aseguraban que eran conscientes de los desafíos de la carga de trabajo que tenían los profesores antes de que comenzase su actividad docente.
Pero, según explicaron, es una realidad que es peor de la que esperaban porque su labor está cada vez más enfocada a la evaluación, exámenes o medidas de progreso y preparación para la revisión e inspección, quedando en un segundo plano los aspectos más creativos y vocacionales de la profesión. Esto ha llevado a que muchos encuestados sintieran que no tenían suficiente capacidad de adaptación para la demanda de trabajo.
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Posibles soluciones al desencanto
Pero, ¿cabría invertir esta tendencia? ¿Qué medidas se podrían implementar? En general, desde los gobiernos apuntan como solución una reducción de la carga de trabajo, unida a la eliminación de las tareas innecesarias y al aumento del pago, mejoraría la situación.
Sin embargo, para los investigadores, esta premisa refuerza su discurso de que la carga de trabajo es clave en la actividad docente, aunque no es la única cuestión porque se observan otros problemas que forman parte de la cultura de la enseñanza como el análisis constante o la gestión hiper-crítica. Son factores que, según concluyen, no se solucionan reduciendo la carga de trabajo.