La pedagogía centrada en el alumno está diseñada para invitar al estudiante a participar más de la vida académica y estar activo en clase. Organismos internacionales como la UNESCO y el Banco Mundial han defendido esta metodología e incluso han invertido recursos para implementarla en diferentes países, a pesar de que no hay evidencia científica acerca de sus resultados.
Una reciente investigación realizada por la Universidad de Exeter (Reino Unido) muestra que el enfoque puede tener resultados positivos, pero niega que haya evidencia objetiva que pruebe su efectividad. Por ello, los científicos recomiendan una investigación más rigurosa, objetiva y a mayor escala sobre su eficacia a lo largo del tiempo.
Pocas evidencias
Hay maestros y estudiantes que defienden que este estilo de enseñanza ayuda a aumentar la motivación y la confianza, al tiempo que contribuye a mejorar las relaciones del alumno. Pero los científicos insisten en que hay pocas pruebas que evidencien que sea más efectivo que los métodos tradicionales.
El doctor Nicholas Bremner, uno de los autores del estudio, señala que “la evidencia existente muestra que la pedagogía centrada en el alumno puede tener un impacto positivo, pero no lo suficiente como para justificar un énfasis político tan masivo en todo el mundo. La evidencia es demasiado escasa y simplista para recomendar a las escuelas que la implementen o no”.
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«Iniciativas políticas con buenas intenciones».
Para el científico, “se han introducido muchas políticas con buenas intenciones, pero podrían implementarse de una manera más reflexiva, de modo que permita a los maestros tomar decisiones sensatas sobre el uso de diferentes métodos y enfoques en distintos momentos”.
¿Mejora los resultados académicos?
El informe de la investigación, publicado en el International Journal of Educational Development, muestran los resultados de revisiones a un total de 62 artículos de revistas en los últimos 20 años, que informan de los resultados de la implementación de esta pedagogía en países de ingresos bajos a medios en todo el mundo.
En un total de 28 textos se citaban experiencias positivas de profesores, mientras que en 7 se hablaba negativamente de la experiencia. Sin embargo, solo 9 de los 62 estudios contenían evidencia objetiva de mejorares resultados de aprendizaje académico.
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Un total de 26 textos citaron opiniones los profesores o de los estudiantes argumentando la mejora del aprendizaje, mientras que 9 artículos hablaban de poca o ninguna mejora en el aprendizaje de los estudiantes. “Los resultados experimentales a gran escala pueden suponer un desafío y es probable que impliquen una gran inversión en tiempo y recursos. Sin embargo, sobre la evidencia actual, existe una brecha real en los datos para probar o refutar el valor de la pedagogía centrada en el alumno”, ha señalado el Dr. Bremner.
“En los estudios se presentaban perspectivas subjetivas de profesores y estudiantes más que una investigación objetiva. Parecían inclinarse hacia experiencias positivas de esta metodología par resultados no académicos, como la motivación y la confianza de los estudiantes, así como sobre una mejoría en sus relaciones. Pero tales resultados pueden no ser siempre la prioridad para los responsables de formular las políticas educativas, aunque muchos argumentarían que son extremadamente importantes”.