Desde que la pandemia del Sars-COV 2 se instaló en el mundo, muchas han sido las investigaciones científicas que se han llevado a cabo para conocer más a fondo cómo evitar los contagios de este virus entre la población y minimizar así su alta incidencia.
Hace tan sólo unas semanas que los escolares españoles volvieron a retomar las clases tras más de seis meses sin poder acudir a los centros educativos para minimizar los contagios de coronavirus, y son muchas las dudas que ha sembrado la vuelta al cole entre la comunidad escolar.
Precisamente, uno de los factores que según los expertos más influyen en la salud respiratoria de los niños es la contaminación atmosférica que hay en espacios interiores de uso público, como colegios, guarderías o jardines de infancia.
Un nuevo trabajo de investigación realizado por la española Florentina Villanueva, y que ha recientemente ha publicado la OMS, analiza las claves y medidas que se pueden tomar para evitar los efectos adversos de los contaminantes químicos en espacios que frecuentan niños.
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Este documento proporciona información útil sobre métodos de muestreo y análisis de los 17 productos químicos, y de los alrededor de 40 otros contaminantes de interés que se encuentran en el aire interior de colegios y otros espacios que acogen a niños.
Según su autora, que trabaja en el Instituto de Investigación en Combustión y Contaminación Atmosférica de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), los compuestos orgánicos volátiles sobre los que se ha de hacer un seguimiento especial vienen de las pinturas, los productos de construcción, algunos muebles, de barnices y colas, así como del uso de ambientadores y de ciertos productos de limpieza que contribuyen a la contaminación química del aire.
Desde hace años, la cuestión de si se deben medir o no las concentraciones de contaminantes en el aire interior ha sido ampliamente discutida. Sin embargo para esta experta, llevar a cabo estas mediciones es una cuestión importante, dado que muchos productos químicos que son peligrosos para la salud están presentes en altas concentraciones en el aire de espacios interiores que frecuentan niños y tienen un efecto adversos para la salud.
Esta misma investigadora alertó hace unos meses de que el uso de máquinas de ozono como remedio para limpiar el aire y evitar los contagios de covid podría ser perjudicial para el sistema respiratorio y agravar enfermedades crónicas como el asma. De hecho, el ozono es uno de los contaminantes vigilados por las autoridades sanitarias de cada país a través de las redes de medición de calidad del aire.
<blockquote class=»twitter-tweet»><p lang=»es» dir=»ltr»>Medida de CO2. Aula de 20 niños de 8 años + profe. Ventanas y puerta abiertas toda la mañana. Se ve el momento de entrada al aula (aumento CO2) y la salida al recreo sobre las 11.20 (CO2 disminuye). Siempre por debajo de 800 ppm. Vamos bien <a href=»https://t.co/2pP2Oo4VPj»>pic.twitter.com/2pP2Oo4VPj</a></p>— Florentina Villanueva (@FloriVilla3) <a href=»https://twitter.com/FloriVilla3/status/1305168451535765505?ref_src=twsrc%5Etfw»>September 13, 2020</a></blockquote> <script async src=»https://platform.twitter.com/widgets.js» charset=»utf-8″></script>