El próximo 8 de marzo es una fecha señalada en el calendario, ya que se celebra el Día Internacional de la Mujer, como también se le conoce, que fue institucionalizado en 1975 por Naciones Unidas. Una fecha que tiene por objeto conmemorar la lucha que la mujer viene llevando a cabo para poder conseguir una participación igualitaria y la igualdad de oportunidades desde el punto de vista social y profesional, entre otras esferas.
Desde la primera vez que se celebró este día en 1911 en Europa –aunque todavía no estaba institucionalizado-, lo cierto es que se han conseguido avances importantes en el plano social y laboral, aunque todavía queda camino por recorrer porque la distribución de las responsabilidades y tareas dentro del ámbito doméstico y familiar sigue siendo desigual. Y lo mismo sucede con la presencia de la mujer en el ámbito profesional.
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Una diferencia que, incluso, se observa en sectores de actividad que están considerados como tradicionalmente más femeninos como la docencia. Y, aquí, también existe una brecha importante porque, a pesar de ser mayoría las mujeres en el sector de la docencia, lo cierto es que su presencia disminuye conforme se va avanzando hacia tramos educativos superiores y se presta atención a los puestos de responsabilidad.
Los datos son claros. Según el Informe Igualdad en Cifras, publicado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional y presentado dentro del acto ‘Aulas por la Igualdad’, con motivo del Día Internacional de la Mujer, la mayoría de los docentes en España son mujeres. En concreto, el 66,5% del total del profesorado tiene nombre femenino, de acuerdo con los últimos datos recogidos en el estudio correspondientes al curso 2016-2017.
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La presencia de las mujeres disminuye según se avanza en nivel educativo
Pero las diferencias se observan en tramos educativos. Este porcentaje se eleva hasta el 96,7% en el caso de la Educación Infantil y hasta el 81,4% en Primaria para comenzar a bajar y situarse en el 71,9% en las enseñanzas no universitarias, , mientras que desciende hasta el 41,3% en la enseñanza universitaria. En centros de enseñanzas de adultos, el porcentaje se sitúa en el 63,4% y, en Centros de Educación Especial, vuelve a elevarse superando el 81%.
En cuanto a la llegada de la mujer a los puestos de dirección, se observa que su presencia va ganando terreno en los últimos diez años en la dirección de centros no universitarios, habiéndose producido un incremento de 15 puntos porcentuales hasta situarse en el 65%. También es superior en el caso de las secretarias y de las jefaturas de estudio con el 65,9% y el 64,8%, respectivamente.
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Sin embargo, nuevamente, las diferencias aparecen por tramos educativos. Y es que, en los centros de educación infantil, el porcentaje de presencia femenina se eleva hasta el 93,6% en puestos de dirección, volviendo a bajar conforme se avanza en el nivel educativo y toca mínimos en los centros de ESO, Bachillerato y FP con porcentajes que son del 38,4% en directivas, 47,4% en secretarias y 51,4% en jefas de estudio, respectivamente. También es significativo el 76% de directoras en centros de educación especial, así como de secretarias y jefas de estudio con el 82,7% y 81,2%.
Los datos son menos alentadores en el caso del profesorado de educación universitaria (PDI), donde el informe refleja que el 41,8% del total de docentes son mujeres. Por ramas de conocimiento, la presencia femenina se sitúa en general por debajo del 50%, observándose diferencias importantes por género porque solo el 23,4% son docentes en ingeniería y arquitectura –es el porcentaje más bajo por área de conocimiento-, frente al 48,5% en Arte y Humanidades, que es el más elevado.
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¿Y el alumnado?
De acuerdo con los datos del estudio, la situación que se refleja con las docentes es extrapolable al alumnado porque también se aprecia en este caso una brecha de género en las áreas científico-tecnológicas, así como en los estudios de FP.
Por ejemplo, solo el 12,2% de los estudiantes matriculados en el Grado de Informática son mujeres. Un porcentaje que se eleva ligeramente al 28,4% en el caso de los grados de Ingeniería, Industria y Construcción, de acuerdo con los datos del curso académico 2017-2018.
Y, en FP, la situación se repite: sólo el 8% de quienes cursa Informática en FP de grado medio es mujer. El porcentaje baja casi a la mitad –el 4,9%-, en el caso de la FP Superior de Electricidad y Electrónica.
No obstante, ellas son mayoría si se atiende a los estudios universitarios y su finalización –con un porcentaje del 51,9%-, en el tramo de edades entre los 25 y 29 años frente al 40,9% de los varones en ese mismo tramo de edad y formación académica.
Pese a ello, las mujeres tienen menos tasa de empleabilidad en todos los niveles de formación entre los 25 y 64 años de edad, destacando además la mayor tasa de paro en el grupo de mujeres con edad comprendida entre los 25 y 34 años de edad. De hecho, existe una diferencia de tres puntos porcentuales, que se elevan hasta los diez puntos porcentuales en las mujeres que no han finalizado la etapa de Educación Secundaria.
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