El área del cerebro responsable del autocontrol se desarrolla rápidamente en los niños pequeños, pero eso no significa que todos los pequeños adquieran esta habilidad al mismo tiempo. Los rasgos de autocontrol se ven influidos tanto por las propias acciones de los niños como de los adultos que tienen a su alrededor. Esta es una de las conclusiones de la investigadora y profesora asociada de Psicología de Hamilton Rachel White. Indica que, si se quiere desarrollar la habilidad del autocontrol en los niños, es mejor hacerlo en la edad preescolar, cuando la corteza prefrontal está en pleno desarrollo.
Juego de simulación
El juego de simulación, por ejemplo, involucra muchos componentes que desarrollan el autocontrol. Cuando los niños deciden, por ejemplo, que un plato es un teléfono, están estimulando el pensamiento simbólico, lo que nos permite prever cómo van a reaccionar una situación determinada. Si los niños juegan a fingir con otros pequeños, su regulación emocional también puede mejorar.
Las investigaciones anteriores sobre este aspecto indican que el juego de la simulación mejoraría el autocontrol. En el estudio efectuado por White se observaron vídeos de juegos infantiles en el aula. Esto posibilitó al grupo de investigación buscar una correlación entre la cantidad y el tipo de juegos de simulación, y las mejoras del autocontrol en los niños.
En vista de los resultados, White propone construir un plan de estudios escolar que conlleve juegos de simulación. “Muchas escuelas infantiles han disminuido o incluso eliminado el tiempo de juego, y creo que esto perjudica a los niños”, señala White.
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Hablar en tercera persona
Además, la investigadora realizó un segundo estudio sobre el autocontrol en niños centrado en el habla en tercera persona. Esto puede ser una estrategia de regulación emocional que puede ayudar a las personas a distanciarse mentalmente de una situación y actuar de manera más racional.
Los padres a menudo utilizan el habla en tercera persona cuando dicen cosas a sus hijos como “mamá necesita que recojas ahora mismo” o “papá dijo que no”. White considera que es necesario enseñar a los niños a utilizar estas fórmulas para que desarrollen técnicas de autocontrol.
Para completar la investigación, los científicos hicieron alrededor de un centenar de encuestas a los padres, en las que se les preguntaba por una situación frustrante vivida con un niño. Los padres que utilizaban el habla en tercera persona afirmaban sentirse menos molestos, al tiempo que esta circunstancia les ofrecía la posibilidad de ver la perspectiva de sus hijos. También señalaban que sus hijos se mostraban menos impulsivos.