La memoria es una de las funciones cerebrales más enigmáticas y estudiadas por la ciencia. Desde tiempos ancestrales, han proliferado las recetas para potenciarla y protegerla de patologías como la amnesia o de enfermedades como el alzheimer.
A continuación, enumeramos los últimos descubrimientos de la comunidad científica en esta materia.
Lo que beneficia a la memoria
Un estudio de la Universidad de Wisconsin publicado en Journal of Gerontology analizó durante 10 años la evolución de las funciones cognitivas de 6.500 mujeres posmenopáusicas. En este periodo, se midió el consumo de cafeína que había ingerido cada una de ellas. Los investigadores encontraron que aquellas que habían consumido más de 261 mg diarios de cafeína –equivalente a tres tazas de café o seis de té- tenían menos probabilidades de padecer síntomas relacionados con la demencia, como la pérdida de memoria.
Una investigación publicada en The American Journal of Clinical Nutrition asegura que una buena hidratación mejora la memoria a corto plazo y la atención. Para el estudio, se sometió a 101 estudiantes universitarios a una temperatura de 30 C durante cuatro horas. A algunos no se les permitió beber nada de agua; a otros, se les obligó a beber 300 mililitros de agua. A lo largo de la prueba, se evaluó, hasta en tres ocasiones, su memoria episódica, capacidad de atención, estado de ánimo y dificultad para desempeñar las tareas. El estudio comprobó que aquellos que no habían bebido agua obtuvieron peores resultados en los tests que aquellos que se habían hidratado durante el estudio.
De la combinación de la dieta Mediterránea y la dieta DASH (aquella que busca frenar la hipertensión) surgió la dieta MIND, la mejor para preservar la memoria según un estudio publicado en Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association. La investigación se realizó sobre 900 ciudadanos estadounidenses con edades comprendidas entre los 58 y los 98 años. Se les pasaron cuestionarios sobre su alimentación a lo largo de 10 años. Al final del experimento, se comprobó que la dieta MIND reducía en un 53% el riesgo de padecer Alzheimer. La dieta MIND incluye las 10 comidas más beneficiosas para el cerebro, de las cuales, recomienda que se consuma diariamente tres raciones de cereales integrales, un vaso de vino, 30 gramos de nueces, una ensalada y al menos una pieza de fruta.
Lo que perjudica a la memoria
Un equipo de investigadores de St. Ambrose University midió el impacto psicológico que tenía el uso de Instagram en 24 personas, de edades comprendidas entre los 19 y los 63 años. Para realizar el experimento, los investigadores crearon una cuenta privada en Instagram y pidieron a los participantes que les enviasen sus selfies para publicarlos en la página recién creada. Antes y después de comprobar cuántos likes habían conseguido, se les examinó con un test de memoria. Tras el experimento, se comprobó que aquellos que tenían un bajo índice de likes habían empeorado sus resultados en el segundo test de memoria.
Los alimentos alto contenido de fructuosa pueden dañar nuestros genes y provocar desórdenes cerebrales. Una investigación del National Intitutes of Health ha demostrado que la fructuosa afecta a más de 200 genes situados en el hipocampo. «El Parkinson, la depresión, el trastorno bipolar y otras enfermedades cerebrales pueden originarse por el consumo de fructuosa», asegura el coinvestigador del estudio Xia Yang.
Según la anteriormente mencionada dieta MIND, las carnes rojas, el queso, los dulces, la comida frita y, especialmente, la mantequilla, tienen efectos nocivos sobre la memoria a largo plazo.
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