Una de las autoras principales de este estudio, Juliet Davidow, postdoctorada en psicología en la Universidad de Harvard, explica que el aprendizaje por refuerzo consiste en hacer estimaciones sobre un tema, a través de ensayo y error, para averiguar si la respuesta es correcta o no y así discernir el patrón adecuado para que posteriormente esa información sea útil para hacer estimaciones futuras, teniendo en cuenta el feedback positivo alcanzado.
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En la investigación participaron 31 adultos y 41 adolescentes, que realizaron diferentes tareas de aprendizaje mientras se les hacía una prueba de resonancia magnética funcional. De esta forma, se pretendía identificar los patrones de actividad cerebral en adolescentes durante el aprendizaje, que les servirá como orientación durante la madurez.
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Regiones de cerebro implicadas en este aprendizaje
En un principio, los autores del estudio se centraron en analizar una región del cerebro llamada el núcleo estriado, que está asociado a la coordinación de muchos aspectos de funciones cerebrales superiores y también al aprendizaje por refuerzo. De hecho, partieron de la idea de que las mayores capacidades de los adolescentes en aprendizaje por recompensa respecto a los adultos se debían a un núcleo estriado hiperactivo.
Esta zona del cerebro muestra la actividad que corresponde al feedback positivo de lo aprendido por recompensa, por lo que refuerza la acción correcta. De esta forma, la señal de recompensa ayuda al cerebro a aprender cómo repetir la elección exitosa otra vez.
La adolescencia es un momento crucial en el que se forman los recuerdos
En cambio, en la investigación descubrieron que la diferencia de aprendizaje entre adultos y adolescentes se encuentra en el hipocampo. Según los hallazgos encontrados, en los adolescentes la memoria de los objetos estaba asociada al aprendizaje por refuerzo, lo que está relacionado con una mejor conectividad entre el hipocampo y el cuerpo estriado en el cerebro de los adolescentes.
Los resultados de la resonancia magnética señalaron un repunte en la actividad del hipocampo en los adolescentes, pero no en los adultos, durante el aprendizaje por refuerzo. Además, esa actividad parece estar estrechamente coordinada con la actividad en el cuerpo estriado. De esta forma, consiguen un mejor entendimiento de su entorno.
En definitiva, esta investigación ha demostrado que la adolescencia es un momento crucial en el que se forman los recuerdos, lo cual, según los autores, podría deberse a esta mejor conectividad entre el hipocampo y el cuerpo estriado.
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