Avanzar en una mayor movilidad entre las universidades de Europa para favorecer la formación de estudiantes y la actividad de profesores o investigadores, entre otros colectivos, es el principal objetivo de la red Universidades Europeas, que está formada por 114 instituciones de educación superior de 24 estados miembros.
Estas 114 universidades se han organizado en 17 consorcios europeos -cada uno formado por entre cinco y 11 universidades-, conformando una especie de alianzas en torno a materias concretas. Por ejemplo, está el bloque Civica, especializado en redes sociales, mientras que el SEA-EU se centra en el estudio del mar y la EU4ART comprende centros universitarios relacionados con las Bellas Artes.
En España se han seleccionado 11 universidades
Más movilidad y sin burocracia
Una iniciativa impulsada desde la Comisión Europea que podría definirse como un nuevo Erasmus –se impulsa más ahora aunque nació en 2017 en el marco del 60 aniversario del Tratado de Roma-, pero que presenta algunas particularidades. La primera de ellas es que esta red se caracteriza por propiciar una mayor movilidad entre centros universitarios, aparte de no haber trabas burocráticas.
Un alumno se podrá graduar con un título firmado por varios rectores
De hecho, la mayor facilidad para moverse entre las diferentes instituciones de educación superior es una de las principales ventajas de esta red. Por ejemplo, en el caso de los estudiantes, podrán formarse en varias universidades sin tener que hacer convalidaciones. Además, el título que se obtenga estará firmado por todos los rectores de las universidades en las que se haya formado y que participan en esta red.
De momento, en España, ya han sido seleccionadas 11 universidades. En concreto, forman parte de esta red la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Granada, la Universidad de Barcelona, la Universidad Autónoma de Madrid, la Fundación Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir, la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad Pompeu Fabra, la Universidad de Valencia, la Universidad de Cádiz, la Universidad Politécnica de Cataluña y la Universidad Carlos III de Madrid.
Experiencia también para profesores
Esta movilidad no solo favorecerá a los estudiantes, sino que también será extensible a otros colectivos relacionados con las instituciones de educación superior como profesores, personal de administración e investigadores. La red facilitará que un profesor pueda dar clase en otra universidad distinta a la que pertenece, aparte de propiciar que se compartan experiencias, plataformas y recursos.
Esta movilidad será mucho mayor que en los programas Erasmus actuales no solo por la eliminación de las trabas burocráticas, sino también por su duración. Los estudiantes podrán formarse en otras instituciones universitarias durante todo el período de los estudios. No obstante, hay que tener en cuenta que cada consorcio organizará las movilidades como considere.
Además de estas ventajas, otro de los objetivos por los que se pone en marcha esta red de universidades europeas es también poder competir a nivel mundial con una estrategia innovadora con la que se logre un mejor posicionamiento en los rankings y se ofrezca una enseñanza excelente.
Para poder competir y diseñar estas estrategias, se van a destinar un total de 85 millones de euros procedentes el programa Erasmus+, percibiendo cada consorcio europeo cinco millones de euros para acometer sus proyectos durante el período de tres años. La previsión es que el próximo otoño se abra una nueva convocatoria con más dotación presupuestaria.