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¿Qué hacemos con el género femenino de algunas profesiones?

¿Qué hacemos con el género femenino de algunas profesiones?

La app de idiomas Babbel explica cómo aborda cada país este debate.

Las lenguas son el reflejo de la cultura y la mentalidad colectiva de un pueblo o comunidad lingüística. Babbel, la app que ayuda a hablar idiomas desde el principio, ha analizado diferentes países para explicar la evolución de algunos términos profesionales que se han usado al informar que una mujer ha llegado a ocupar un puesto de relevancia.

España

La denominación femenina de los cargos no suele suscitar polémica porque el femenino en los sustantivos se construye siguiendo las normas gramaticales. No obstante, hay controversia sobre el uso del masculino en los sustantivos cuyo género es considerado inclusivo, como por ejemplo “miembros y miembras del parlamento”, ya que, a pesar de ser gramaticalmente masculinos, deberían incluir ambos géneros.

Italia

El hecho de que algunos términos profesionales femeninos sigan sin ser aceptados en italiano, como es el caso de sindaca (alcaldesa), provoca el uso de su versión masculina dando lugar a titulares curiosos como Ilsindaco di Cosenza: aspetto un figlio! IlsegretarioDs: Il padre sonoio (El alcalde de Cosenza: “¡Estoy esperando un hijo!” El secretario Ds: “Yo soy el padre”). Sin embargo,  existe un epítome en italiano sobre el uso correcto de algunos términos como Ministro/Ministra Sindaco/Sindaca. Aunque haya algunas palabras como architetto (arquitecto) o deputato (diputado) que siguen siendo relacionadas con el género gramatical masculino, el órgano oficial de la lengua italiana, la Accademia della Crusca, aconseja actualizarlos

Francia

La Académie française se opone oficialmente a feminizar las profesiones que actualmente sólo tienen género masculino. Por ejemplo, para referirse a una “ministra”, debe añadirse la palabra Madame a “el ministro”, creando así la siguiente fórmula: Madame le ministre, es decir, “Señora el ministro”. A pesar de ello, cada vez se utiliza más la fórmula Madame la Ministre (señora la ministra).

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Alemania

Generalmente, la lengua alemana añade un sufijo al sustantivo masculino, que normalmente del sufijo “-in” en profesiones como Anwalt (abogado), cuyo equivalente en feminino sería Anwältin (abogada). Sin embargo, en el caso de los cargos académicos, sigue usándose el término masculino precedido por la palabra Frau (mujer). Así pues, el título académico de “doctora de investigación” es Frau Doktor en vez de Doktorin. Como curiosidad, la primera canciller alemana, Ángela Merkel, prefirió denominarse FrauBundeskanzlerin antes que FrauBundeskanzler .

Polonia

Normalmente, el femenino de las profesiones en polaco se forma al sumar el sufijo “-ka” al sustantivo masculino: nauczyciel – nauczycielka (maestro – maestra). El problema surge cuando se descubre que el mismo sufijo se usa también para la forma diminutiva kawa – kawka(café – cafecito). Por eso, llamó la atención que una mujer política, como Joanna Mucha, ministra polaca de Deportes y Turismo del 2011 al 2012, decidiese no usar el término convencionalmente aceptado paniminister (señora ministro), sino la versión femenina “ministra” (calcada del latín), evitando así el posible neologismo ministerka (que, al igual que ministra, no existe).

Brasil

La mayor parte de los sustantivos en portugués son idénticos tanto para el masculino como para el femenino y solo cambia el artículo. Por ejemplo, la palabra chefe (jefe/a, en español) es ochefe en masculino y achefeen en femenino. Sin embargo, la expresidenta de Brasil Dilma Rousseff se autodenominaba presidenta, aunque no fuera correcto gramaticalmente hablando, como una reivindicación feminista.

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