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¿Problemas con el alemán? Trucos para pronunciar como un nativo

¿Problemas con el alemán? Trucos para pronunciar como un nativo

Hablar correctamente alemán no es ningún problema. Además de práctica, se pueden seguir unos consejos para que no se trabe ninguna palabra.

El alemán como todos los idiomas tiene una fonética y unas pautas de pronunciación y de acentuación cuando se habla. Son normas que, a veces, cuesta aprender y seguir cuando se está aprendiendo, aunque en ocasiones también sucede que siempre hay alguna palabra que se atasca a pesar de llevar años estudiándolo y practicándolo.

Unos sencillos trucos ayudan a conseguir este objetivo. Por ejemplo, para acentuar bien, la norma a seguir es que la primera sílaba de la palabra es la que lleva el acento, aunque hay alguna que otra excepción: si la palabra tiene prefijo, se acentúa la primera sílaba de la raíz de esa palabra como sucede en ‘gefahren’ donde el acento cae en ‘-fa-’ porque ‘ge-’ es un prefijo.

Otra excepción son los verbos que acaban en ‘–ieren’ en los que el acento recae en la penúltima sílaba, mientras que los sustantivos que terminan en ‘–ie’ o ‘–ion’ se acentúan en su última sílaba.

Las vocales también tienen sus propias reglas tanto para vocalizarlas como en su duración, aunque su pronunciación es como en castellano, habiendo solo una única excepción con la ‘e’, que en palabras con dos sílabas se pronuncia como una ‘i’ tal y como sucede en ‘Sehen’, que se vocaliza ‘Sijen’.

Todo se complica un poco más con las diéresis y los diptongos. En concreto, la ‘ä’ se pronuncia con un sonido que se sitúa entre una ‘a’ y una ‘e’ como en ‘Ächten’. Sin embargo, entre la ‘o’ y la ‘e’ está el sonido de ‘ë’ y la “ü” se pronuncia poniendo la boca para decir una ‘u’, pero para hacer sonar una ‘i’. Los diptongos también tienen sus particularidades. ‘Ei’ se dice como ‘ai’; ‘eu’ es ‘oi’; ‘ie’ se vocaliza como una ‘i’ larga y ‘äu’ como ‘oi’.

Pero, aparte del sonido, se debe prestar atención a la duración de las vocales, que debe alargarse en el caso de los diptongos, en los que la vocal pasa a duplicarse, al igual que en aquellas palabras en las que la vocal también es doble, como ‘Staat’, o bien una ‘h’ la precede. Por el contrario, el sonido será corto en vocablos en las que solo hay una vocal, que tiene delante dos letras como el ejemplo de ‘Suppe’ con las dos ‘p’ antes de la ‘e’.

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En alemán, no solo hay que tener cuidado con las vocales, sino que también hay letras de su abecedario, que presentan algunas particularidades en cuanto a su pronunciación. Una de ellas es la ‘s’ porque puede decirse de varias formas en función del resto de letras que la acompañen porque, cuando solo hay una ‘s’, no hay problema: se pronuncia como en español.

Como excepción, cuando esta letra se acompaña de la ‘ch’ formando ‘sch’, cuya pronunciación es silbante, al igual que en otras palabras en las que está precedida por la ‘t’ y ‘p’ como en ‘Spanien’. En un vocablo en el que haya una doble ‘s’, como en ‘Fluss’, la pronunciación se hará igual que una ‘s’ sencilla.

Pero cuidado porque la ‘s’ también puede pronunciarse a pesar de que no figure como tal en la palabra. Y es que la ‘ß’ o ‘Eszet’ se vocaliza como una ‘s’, pero alargando la vocal anterior. Un ejemplo muy claro es la palabra ‘Fuβ’, que se diría como ‘Fuus’.

Otra letra que suele generar problemillas al aprender alemán es la ‘h’, que se pronuncia en general como una ‘j’, pero aspirada. Sin embargo, no siempre hay que decirla porque, por supuesto, hay casos que rompen esta regla. Uno de ellos es cuando está en una vocal larga como en ‘Sehen’, que sería al hablar ‘Seen’. También hay palabras en las que es muda, aunque no se sabe muy bien la regla como sucede con ‘Historich’.

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La letra ‘c’ es otra de las que más variaciones tiene. Se suele pronunciar como una ‘k’, pero la pauta cambia con las formas ‘ce’ y ‘ci’, que se dicen ‘tse’ y ‘tsi’, respectivamente, o con ‘ch’, que se vocaliza como una ‘j’ como en ‘Doch’. Otra excepción es ‘chs’, que se pronuncia como ‘x’. La ‘ch’ acompañada de una vocal se dice como ‘ch’ o ‘k’ como en ‘Chrom’.

Avanzado por el abecedario llegamos también a la ‘g’, que presenta múltiples variaciones en su pronunciación. Lo más común es que se diga como en castellano, menos cuando está situada al final de la palabra, como en ‘Tag’, que pasa a decirse como una ‘k’ y cuando se une a la ‘i’ en la forma ‘ig’, convirtiéndose en el sonido ‘ik’ o ‘ij’. La forma ‘ng’ nada tiene que ver con el inglés, ya que se vocaliza como ‘nj’ o ‘nk’. Y ¿cuándo se usa una u otra pronunciación? No hay una norma clara por lo que toca aprenderse las excepciones.

Y, ¿qué sucede con la ‘r’? Quizá sea una de las letras más complicadas porque su pronunciación no solo varía en función de la palabra, sino de la zona geográfica de Alemania, ya que hay localidades en las que se dice como una ‘r’ suave, mientras que en otras es una ‘r’ más fuerte. De todos modos, para pronunciarla bien se puede hacer una similitud con el francés, teniendo que decirla como una ‘g’ en palabras como ‘Rot’, que se pronuncian ‘Got’. Pero, si está situada al final de la palabra, siempre se dice como una ‘a’ como en ‘Wir’.

Otra similitud con el francés es la forma ‘ph’, que se dice como una ‘f’. En este caso, el truco es mucho más sencillo y fácil de recordar.

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