Conocer dos idiomas está demostrado que mejora las habilidades cognitivas en los niños, especialmente las relacionadas con la resolución de problemas. Para los bebés criados en hogares bilingües el aprendizaje se hace sin esfuerzo, pero un reciente estudio señala que los bebés de los hogares monolingües también pueden adquirir un idioma en poco tiempo.
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Según un estudio realizado por investigadores del Institute of Learning & Brain Sciences, de la Universidad de Washington, los bebés de entre 7 y 33 meses pueden aprender un segundo idioma con tan solo una sesión de inglés al día, durante 18 semanas. Para demostrarlo se llevó cabo un método que pone un especial acento en la interacción social, el juego, y la calidad del lenguaje de los profesores, que se dirigen a los niños con el estilo del habla que usan los padres para hablar a los bebés, lo que conlleva una gramática más simple, y un tono más alto y exagerado.
El experimento trataba de comparar estas sesiones con las recibidas por los niños de la misma edad en escuelas de Madrid con programas bilingües estándares. Para ello se dotó a todos los bebés con chalecos especiales equipados con grabadoras que registraban cuántas palabras y frases hablaba cada niño.
Los niños que recibieron el nuevo método de aprendizaje mostraron un rápido aumento en la comprensión y producción del idioma, mejorando significativamente respecto los demás. Al final de las 18 semanas los niños del programa de los investigadores produjeron un promedio de 74 palabras o frases en inglés por niño y hora, mientras que en el resto fue tan solo de 13. Esto demuestra que, a pesar de las edades tan tempranas, los niños de hogares monolingües pueden desarrollar habilidades bilingües en un corto espacio de tiempo, lo que recomienda revisar la forma en que enfocamos el aprendizaje de las lenguas extranjeras.
En este sentido, las pruebas de seguimiento realizadas 18 semanas más tarde demostraron que los niños que utilizaron el nuevo método habían retenido mejor lo que habían aprendido, independientemente del nivel socieconómico de la familia. Paralelamente, el nivel de español de los niños fue creciendo a su ritmo, sin que fuera influido negativamente por la introducción de otro idioma.
Patricia Kuhl, una de las autoras del estudio, considera que “los cerebros de los bebés son las mejores máquinas de aprendizaje jamás creadas. Su cerebro nunca será mejor en el aprendizaje de una segunda lengua que entre los 0 y los 3 años de edad. Crear un ambiente de aprendizaje bilingüe temprano en un determinado entorno educativo puede hacer que el niño aprenda un segundo idioma de una manera más fácil a lo que pensábamos y esto es factible para todos”.
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