Que los niños son como esponjas no es nuevo, como tampoco que es más fácil aprender un idioma de pequeño, porque los conocimientos se asientan más rápido y casi sin que seden cuenta. Lo que no sabíamos es que aprender otra lengua antes de los cinco años puede alterar el desarrollo de nuestro cerebro a largo plazo y tener ciertas ventajas en el tiempo. Un estudio de la Universidad de Helsinki acaba de descubrirlo.
La investigación estima que los niños que dominan un segundo idioma a edades tempranas (antes de los 5 años) crean conexiones más neutras en el cerebro. Esto les permite, entre otras cosas, diferenciar mejor los sonidos de distintos lenguajes.
Gracias a esta habilidad, muchos jóvenes que han aprendido un segundo leguaje parece que tienen más facilidad de entender lo que les dicen, incluso en ambientes muy ruidosos, que los niños que solo dominan una lengua. Y es que los niños bilingües utlizan los dos hemisferios del cerebro para procesar el lenguaje, mientras que las personas que aprenden más tarde otro idioma solo utilizan uno para esa misma tarea.
El estudio también apunta un beneficio adicional en caso de lesión cerebral. Y es que cuando esto sucede, otras partes del cerebro se encargan de llevar a cabo las tareas lingüísticas que las partes dañadas no pueden seguir realizando.
Además, una persona bilingüe desde pequeña tienen más posibilidades de seguir aprendiendo otros lenguajes. El motivo es que si el cerebro ya es capaz de disnguir entre dos idiomas, es más fácil que se estrese menos aprendiendo un tercero que otra persona que solo conoce uno.
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