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Bebé sentado atiende a las explicaciones

Foto: Bebé sentado atiende a las explicaciones

Los bebés aprenden centrando su atención en situaciones de complejidad intermedia

Los bebés aprenden centrando su atención en situaciones de complejidad intermedia según investigadores de la Universidad de Rochester.

Los bebés centran su atención en situaciones de complejidad intermedia. Investigadores de la Universidad de Rochester han realizado un estudio que arroja nuevos datos sobre el aprendizaje de los bebés. En él se pone de manifiesto que centran su atención en situaciones que no son ni excesivamente complejas ni demasiado simples. Esto supone que se interesan por aquellas que presentan el nivel justo de complejidad y sencillez.

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Los bebés centran su atención en situaciones de complejidad intermedia

El estudio, publicado en la revista PLoS ONE, se realizó con 727 bebés de ocho meses de edad. Mediante dispositivos de seguimiento de los ojos veían diferentes animaciones de vídeo en una pantalla, además de colocar varios objetos en diversas áreas de la pantalla en períodos de corta duración.

La prueba demostró que los bebés pierden el interés cuando lo que veían en la pantalla se convertía en aburrido, es decir, era repetitivo o complicado. De esta forma apartaban la mirada de la pantalla, momento en el que finalizaba la prueba. Una acción con la que los bebés comprendieron que tenían en control de los objetos y artículos que estaban viendo, por lo que aprendieron a mantener sus ojos en la pantalla si querían ver más.

Además, el estudio demostró que los niños son buscadores activos de información en lugar de receptores pasivos . Asimismo, buscan información con una complejidad intermedia porque es la mejor manera de aprender del entorno, según explica Richard Aslin, coautor del estudio.

Lo nuevo es emocionante

La investigación refleja también el alto nivel de procesamiento cognitivo que se produce dentro del cerebro de los niños, quienes procesan la información de una manera muy similar. El estudio revela que tienen un “punto dulce” en el que encuentran que la información es suficientemente nueva como para ser emocionante. De hecho, si la información que tienen ante sí está más allá de su capacidad cognitiva, pasan poco tiempo con ella.

Los datos reflejados en el estudio pueden explicar también por qué a los bebés les gusta tanto leer una misma historia una y otra vez. Y es que en cada ocasión hacen una comprensión de algo nuevo y diferente de la historia, ya sean temas, temores, emociones o preocupaciones. Unos nuevos conocimientos que podrían demostrar los problemas emocionales, psicológicos o de desarrollo propias de esa etapa de crecimiento.

Estos hallazgos pueden igualmente ayudar a los padres a juzgar lo que los bebés quieren observando si continúan con la vista, hay gorjeo, vocalizan, mueven los brazos o las piernas, agarran o pierden la atención.

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