Quien se encuentre en búsqueda de empleo sabe la inversión de tiempo y creatividad que se requiere para escribir la carta de presentación, también le será familiar la sensación de que nadie va a leer esa carta y de que, en realidad, nada tendrá que ver en si consigue el trabajo o no.
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La utilidad de las cartas de presentación está en cuestión. Apenas dos de cada diez responsables de Recursos Humanos (RRHH) consideran que las cartas de presentación son una parte importante en una solicitud de empleo. Al menos así lo refleja una encuesta realizada entre 500 responsables de contratación por la consultoría Addison Group. Tanto la carta de presentación como la nota de agradecimiento están infravaloradas en comparación con la entrevista de trabajo, el currículum, las referencias y las llamadas soft skills, que resultan fundamentales para el 74% de los encuestados.
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La carta de presentación de un candidato ya no tiene porque ser un texto escrito, basado en una plantilla genérica y adaptada mínimamente para cada trabajo en cuestión. Un cambio en el perfil de los reclutadores -cada vez más jóvenes- ha hecho que la presencia en redes sea un factor a considerar para la contratación y la forma, tal vez, de advertir si esa persona posee las habilidades requeridas para el puesto de trabajo al que opta.
Sin embargo, pese a la tendencia, la carta de presentación sigue siendo requerida para numerosos empleos. Así pues, en el caso de tener que redactar una, no está de más tener claro algunas pautas y conceptos claros para que al menos no sea un elemento que haga rechazar nuestra candidatura.
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Faltas de ortografía: el 55% de los responsables de RRHH desestima un currículum o carta de presentación por los errores ortográficos. Revisar varias veces el documento o pedir a alguien una segunda lectura ayudará a tener bajo control este aspecto. Importante tener en cuenta el formato en el que se va a presentar, tratando de que visualmente el documento resulta claro y limpio. Se recomienda igualmente que la extensión no exceda los tres cuartos de página.
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Palabras de moda: la encuesta de Addison Group arroja un 47% de reclutadores que poseen “aversión” al uso recurrente de palabras que están de moda como “experto”, “sinergia” o “innovador”. Una carta de presentación debe tener un tono personal, tanto por las expectativas de quien se postula para el empleo como por la empresa a la que se dirige la misiva. En otros casos, el uso de expresiones del tipo “soy responsable” y “trabajo duro” resulta una obviedad y se prefiere que el candidato sea más descriptivo y conciso, mostrando su interés por algún referente del sector, por ejemplo.
No repetir: la carta de presentación no debe ser un resumen del currículum sino el documento donde dejar claro por qué se es la persona adecuada para el empleo en cuestión. Conectar la experiencia acumulada con los objetivos y las especificidades del puesto ofertado es un ingrediente de éxito.
Dirigirse a la empresa: se recomienda a quien se presenta candidato a un empleo en una compañía que trate de mostrar su interés por ésta. Evitar un exceso del uso de la primera persona del singular y mostrar de forma específica de qué maneras se puede contribuir al éxito empresarial son dos técnicas recomendadas a la hora de poner en valor la candidatura.
Destacar los puntos fuertes, obviando las debilidades y mostrar disponibilidad para realizar una entrevista en persona son otras recomendaciones a tener en cuenta.
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