La pequeña aldea Boževce de Kosovo, de cerca de 60 habitantes, es el lugar en el que se desarrollará este programa de voluntariado europeo a través del que los jóvenes podrán vivir una experiencia diferente, ya que deberán convivir siguiendo un estilo tradicional y sostenible con el fin de que se reviva esa forma de vida y se puedan documentar conocimientos tradicionales, el modo de vida sostenible y prácticas como la artesanía.
El programa impulsado por la entidad Gaia, que se desarrollará durante 43 semanas desde marzo de 2018 a marzo de 2019, incluye varias labores que deberán realizar los voluntarios y entre las que figuran el mantenimiento de bosques y jardines, la mejora de las instalaciones del lugar siguiendo técnicas tradicionales y la preparación de programas educativos.
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Estas actividades se repartirán a lo largo de los diez meses, de manera que los voluntarios durante el período de verano se centrarán en todas aquellas funciones relacionadas con el mantenimiento de los jardines, la recogida de hierbas, la artesanía tradicional y los programas educativos mientras que, en el otoño, las actividades comprenderán los preparativos para estar listos para afrontar el invierno como el abastecimiento de madera.
Además, los voluntarios también podrán iniciar un proyecto personal y aprender sobre plantas medicinales, cosméticos naturales, vida sostenible… y compartir sus conocimientos y habilidades con otros voluntarios.
El programa, al que se puede presentar la solicitud por e-mail hasta el día 5 de septiembre de este año, está dirigido a personas que estén interesadas en la naturaleza y en los conocimientos tradicionales. No obstante, solo se pueden recibir voluntarios de países del programa Erasmus+.
Durante su estancia en esta pequeña aldea de Kosovo, el voluntario vivirá en una casa compartida con otros voluntarios en la que hay comodidades para vivir, pero son simples y se restringen a electricidad, agua corriente, baño y sistema de calefacción, entre otras. La comida será vegetariana y vegana, preparándose con productos locales, que cocinarán los propios voluntarios. El transporte es en bicicleta, aunque hay un coche disponible.
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