La educación sexual en niños y jóvenes sigue siendo un tema pendiente en España. Los datos así lo ponen de manifiesto. El estudio realizado por la Fundación Española de Contracepción refleja que el 47,8% de los adolescentes españoles han aprendido sobre sexo a través de Internet y alrededor del 24% de los jóvenes de 16 años ha reconocido que ha mantenido relaciones sexuales sin protección porque consideran bajo el riesgo de embarazo y de contagio de enfermedades de transmisión sexual.
Uno de cada cuatro jóvenes reconoce que ha mantenido relaciones sexuales sin protección
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Unos datos que han creado cierta alarma y la necesidad de actuar. Al menos, así se ha considerado en Cataluña, comunidad en la que se ha anunciado que todos los centros catalanes integrarán la educación afectivo-sexual en el plazo de tres años, introduciendo esta materia también en el tramo de infantil. En concreto, será a partir de los tres años de edad y hasta cuarto de ESO.
Cataluña se sumaría así al grupo de comunidades autónomas en las que sí se trabaja el tema de la educación afectivo-sexual y que está formado solo por la Comunidad Valenciana, Aragón y Navarra, aunque es un tema que solo se aborda en el tramo educativo de Secundaria.
De momento, mientras se implanta esta materia, que será transversal y de obligado cumplimiento en todos los centros educativos con financiación de la Generalitat de Catalunya-, desde enero se contará con diversos materiales que siguen las recomendaciones de la UNESCO para abordar la educación afectivo-sexual en cada etapa escolar.
Estos materiales –estarán en la web de Educación de la Generalitat para los maestros (www.xtec.cat)-, permitirán abordar aspectos sanitarios, aparte de tratar otras cuestiones relacionadas con la diversidad de género y la afectividad.
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La medida anunciada por la Generalitat de Catalunya ha tenido una reacción desigual entre las principales asociaciones relacionadas con el sector educativo. Por ejemplo, desde feminicio.net se ha valorado positivamente la iniciativa, al igual que la Federació d’Associacions de Mares i Pares, que propone que sea una asignatura curricular.
Bien recibido ha sido también el anuncio por parte de la Federación Estatal de Planificación Familiar, que consideran a su vez que esta materia debería garantizarse en toda España través de una Ley Orgánica de Educación.
Sin embargo, la Confederación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa) no se ha mostrado partidaria de esta iniciativa, ya que es una cuestión que genera controversia y se debería aprobar con las familias, colegios y la Administración, en lugar de imponerla.