La profesión de bombero es una de las más antiguas dentro de los Cuerpos y Fuerzas del Estado que existen en la actualidad. Sus orígenes se remontan al siglo XVIII, período en el que su actividad se centraba en la extinción de incendios. Sin embargo, desde aquella época, sus funciones han ido ampliándose, aunque se mantiene su esencia, tenido que realizar hoy en día muchas más labores.
Evidentemente, la extinción de incendios continúa siendo una de las principales funciones que realizan en el día a día. Una labor que no solo se circunscribe a apagar conatos en viviendas o en entornos urbanos, sino que se extiende a los incendios forestales, en el medio rural o bien en empresas e instalaciones de tipo industrial.
Los bomberos son a su vez los encargados de la excarcelación o liberación de personas que han sufrido un accidente de tráfico y han quedado atrapados en el vehículo o bien en otro medio de transporte como puede ser el ferrocarril. Una labor que no solo realizan en tierra, sino que también se lleva a cabo en el medio acuático, puesto que estos profesionales también se ocupan de rescatar a personas en el agua cuando, por ejemplo, el vehículo ha caído en un río, pantano… o bien se ha encontrado un cadáver para lo que se requiere la unidad de buceo. También tienen la misión de asistir en otra serie de rescates como la caída de una persona a un pozo y de la evacuación de personas, por ejemplo, que estén cerca de un incendio forestal.
De su día a día igualmente forman parte otras acciones como las emergencias que se producen con mercancías peligrosas y la retirada de elementos peligrosos como una grúa de obras, un árbol que puede caer o tendidos eléctricos. Sus funciones también comprenden la búsqueda de víctimas de catástrofes y atender las emergencias menores diarias como rescatar una mascota que esté atrapada, asistencias técnicas en tuberías principales…
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Salario
Por la realización de todas estas funciones, los bomberos figuran entre los profesionales mejor valorados por la sociedad. Pero, ¿realmente se les reconoce todo este trabajo en sus condiciones laborales? La respuesta es que sí, aunque el salario de un bombero es variable porque se determina por diferentes aspectos como su destino, la antigüedad, las funciones o las categorías, entre otros factores.
En general, puede decirse que el sueldo medio de un bombero es de alrededor de 2.344 euros mensuals, cantidad que suelen cobrar los jefes de bombero, bomberos y bomberos forestales. No obstante, en cualquier especialidad se ganan más de 25.000 brutos anuales, que se distribuyen en 14 pagas. La cifra puede ser mayor en las categorías profesionales superiores y por la realización de horas extraordinarias, entre otros motivos.
Aparte del salario, trabajar como bombero tiene otra serie de ventajas como la estabilidad laboral y los horarios. Y es que estos profesionales tienen un trabajo de 24 horas seguidas más tres días de descanso consecutivo y disponen de 40 días libres al año de los que 30 se corresponden con las vacaciones y diez se disfrutan en concepto de asuntos propios. Otros beneficios son la promoción interna y la posibilidad de acogerse a excedencias.
Requisitos
Tras leer esta información, seguro que has llegado a la conclusión de que es una profesión atractiva. Pero, ¿cómo se accede? Para formar parte de este cuerpo se deben cumplir una serie de requisitos previos. Uno de ellos es ser español o bien haber nacido en un país que sea miembro de la Unión Europea. Además, se exige tener una edad mínima de 18 años y no superar los 65 años de edad, así como medir entre 1,62 metros y 1,95 metros.
En cuanto a la formación previa, el mínimo que se requiere es tener el título de Graduado en ESO, aparte de requerirse tener el carné de conducir de la categoría C, D, E y autorización BTP.
Los candidatos a bombero tampoco tienen que padecer ninguna enfermedad o defecto físico que impida el ejercicio de sus funciones ni haber sido separado del Servicio del Estado o de la Administración Local por expediente disciplinario. Tampoco se debe estar inhabilitado para el ejercicio de las funciones públicas.
La persona que reúna todos estos requisitos debe presentarse a las pruebas específicas que se convocan, normalmente, cada año para lo que es necesario prepararse con antelación para superarlas.