El sueño de todo estudiante es aprobar sin dedicar a estudiar más tiempo del necesario. Pero no hay trucos mágicos que permitan hacerlo, sino métodos eficaces. Lo ideal es optimizar las horas que pasamos delante de los libros y hacer que el rendimiento sea óptimo.
Lo ideal, especialmente en épocas de exámenes, en las que se incrementan los repasos, es utilizar técnicas de estudio realmente eficaces, con el fin de conseguir los mejores resultados. Pero hay que tener en cuenta que no todo el mundo tiene el mismo ritmo de aprendizaje ni la misma capacidad de retención. También influye la capacidad de concentración y la memoria, y las características de la asignatura que estemos estudiando, ya que no es igual prepararse una materia de historia o filosofía, que de matemáticas o química.
Técnicas de estudio eficaces en época de exámenes
En cualquier caso, estudies lo que estudies, existen técnicas y metodologías pensadas para optimizar tu tiempo de estudio. Elegir una u otra es cuestión de gustos, por lo que se pueden probar varias hasta descubrir cuál es la que mejor se adapta a ti.
Técnica Pomodoro
Es uno de los más utilizados. Consiste en estudiar en periodos de 25 minutos, estableciendo 5 minutos de descanso entre uno y otro. Tras cuatro ciclos de estudio, llega un descanso algo más prolongado, de entre 20 y 30 minutos, antes de comenzar de nuevo.
Técnica SQ3R
Esta técnica, utilizada por los universitarios, principalmente, se divide en cinco pasos: lectura rápida del tema, preguntas sobre los textos leídos, lectura en profundidad, recitar lo aprendido en voz alta y revisión para ver si nuestra memoria no nos ha jugado una mala pasada.
Técnica Lauridsen
Esta metodología es ideal para aprender idiomas. Consiste en un aprendizaje automático basado en Fast Phrases que combina textos e imágenes, lo que estimula simultáneamente a los dos hemisferios cerebrales para avanzar más deprisa. De esta manera, el mensaje verbal se capta con el hemisferio izquierdo y la imagen con el derecho.
Técnica PQ4R
Los seis pasos de esta metodología consisten en leer un resumen de la información más destacada, preguntar acerca de este primer acercamiento a la materia, lectura en profundidad, reflexión sobre las cuestiones tratadas y explicar lo aprendido con las propias palabras. Por último, el método es eficaz si se realiza día tras día.
Técnica del cuadro KWL
Si lo tuyo son los esquemas para repasar, puedes organizar tu estudio en torno a tres cuestiones: K (what I know o qué sé del tema), W (what I want to know o qué quiero saber) y L (what I learned o qué he aprendido).
Técnica Robinson
Para estudiar bajo esta técnica es necesario dividir el tiempo de estudio en cinco partes diferenciadas: un vistazo general, anotar las dudas que haya podido surgir, estudio en profundidad, recitar los contenidos en voz alta y repasar para que la información quede fijada.
Técnica Thieves
Esta metodología permite una visión general de la materia antes de pasar a estudiarla en profundidad. Se trata de recopilar información leyendo los títulos, los epígrafes, las introducciones, las primeras fases del párrafo, las imágenes, el final de cada tema y los resúmenes.
Técnica Eplemer
Esta metodología supone tener que implementar siete pasos: una primera lectura, la relación de unos temas con otros, una lectura en profundidad, esquematizar las ideas claves, la memorización en sí, la recitación de lo aprendido en voz alta y la revisión periódica de lo aprendido para trabajar la memoria tanto a corto como a largo plazo.