La fruta, la leche y las hortalizas se consideran fundamentales para una dieta sana y equilibrada, pero su consumo está descendido en la UE. Los expertos consideran necesario reforzar los programas de distribución de estos alimentos en las escuelas y prestar más atención a la enseñanza de hábitos alimenticios saludables.
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El programa aprobado por la UE incluye, además, promover los alimentos locales, la producción agrícola orgánica y combatir el desperdicio de comida, además de medidas para conectar a los niños con la agricultura, por ejemplo mediante excursiones a granjas.
El Parlamento Europeo ha conseguido 20 millones de euros más para financiar la distribución de productos lácteos, lo que sitúa el presupuesto anual para reparto de leche en 100 millones de euros, a los que hay que sumarles otros 150 millones para hortalizas y frutas.
Además, los eurodiputados abogan por un reparto más justo de los fondos entre los países, siguiendo como criterios el número de niños entre 6 y 10 años, y el grado de desarrollo de la región dentro del país. Los estados deberán garantizar mayores ayudas a las regiones ultra periféricas, como Canarias, en el caso de España. Además, se fijará una cantidad mínima anual de ayuda financiera comunitaria por niño.
En cuanto a la lista de productos que se financiarán con dinero comunitario, se dará prioridad a los productos locales frescos y sin procesar frente a los procesados, que solo podrán distribuirse como suplemento a fruta fresca, hortalizas y leche o leche sin lactosa. Quedan excluidos, además, los edulcorantes y los potenciadores artificiales del sabor, y el reparto de productos con cantidades limitadas de azúcar, sal y grasa añadidas solo serán financiados de manera excepcional. Estas nuevas reglas comenzarán a aplicarse en el mes de agosto de 2017.
En este sentido, numerosos estudios advierten del beneficio de incluir frutas, verduras y cereales en nuestra dieta. Una reciente investigación sobre alimentación y enfermedades del corazón realizado por investigadores de la Universidad de Tufts (Boston) y de la Harvard Medical School, señala que si el precio de frutas, verduras y cereales se redujera un 10% y se incrementara el precio de los refrescos azucarados en la misma proporción podrían evitarse más de medio millón de muertes en EE.UU. en los próximos 20 años.
Según los investigadores los resultados del estudio se traducen en la necesidad de controlar los precios de la alimentación en beneficio de la salud de la sociedad. Iniciativas como esta son las que hace años defienden destacadas personalidades de la cocina internacional, como el cocinero británico Jamie Oliver, que apuesta por la educación alimentaria obligatoria en colegios de todo el mundo para hacer frente a la epidemia mundial de obesidad. En la actualidad, 42 millones de niños menores de 5 años en el mundo tienen sobrepeso u obesidad.
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Más información:
Parlamento Europeo. Alimentación saludable