Niña y niño en clase de matemáticas. | Foto: Freepik

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Los niños piden mayores bonificaciones que las niñas por la misma tarea: lo confirma la Universidad de York

Un estudio de la Universidad de York revela que la brecha de género se percibe ya desde la infancia: los niños piden mayores bonificaciones que las niñas por la misma tarea.

En pleno siglo XXI, todavía es una realidad frecuente que muchas mujeres cobren menos salario que los hombres por desempeñar el mismo trabajo. Ahora, un estudio reciente ha demostrado que la brecha de género no es algo que surja durante la etapa adulta, sino que ya desde la infancia es una realidad que se puede percibir.

Los niños piden bonificaciones mayores que las niñas

Una investigación de la Universidad de Nueva York, en la que han participado niños y niñas de diferentes edades, revela que, a pesar de tener puntos de vista similares sobre el propósito y el valor de la negociación, los niños son más propensos que las niñas a pedir bonificaciones mayores por la misma labor.

Los hallazgos, publicados en la revista Developmental Psychology, indican que estos resultados están vinculados, en parte, a las diferencias en la percepción de las capacidades.

Concretamente, en una serie de tareas cognitivas, los niños muestran tener una opinión más alta de sus capacidades y, por lo tanto, piden bonificaciones mayores, aunque no se desempeñen mejor que las niñas en esas tareas.

“Nuestros hallazgos sugieren que los chicos tienden a sobreestimar sus habilidades en comparación con las chicas, y en relación con su desempeño real. Esta autopercepción inflada puede llevar a los chicos a sentirse con más derecho a ir más allá de los límites durante las negociaciones», comenta Sophie Arnold, estudiante de doctorado de la Universidad de Nueva York y autora principal de este estudio.

Cómo se autoperciben

La investigación, en la que también participó Katherine McAuliffe, profesora de Psicología y Neurociencia en el Boston College, consistió en una serie de tres experimentos. Los dos primeros se utilizaron para determinar si los chicos y las chicas tenían percepciones similares en una negociación. En un par de escenarios hipotéticos, a niños y niñas (de 6 a 9 años de edad) se les presentaron situaciones en las que podían negociar una bonificación con un maestro por completar el trabajo de clase.

En estos escenarios hipotéticos, niños y niñas revelaron percepciones similares de la negociación: pensaban que otros niños tenían la misma probabilidad de negociar, que era igualmente permisible negociar, que recibirían una reacción pequeña por negociar y que negociar conduciría a recompensas similares.

A través de un experimento posterior, que incluyó a más de 200 niños participantes, los investigadores buscaron comprender cómo negociarían los niños y las niñas en función de su desempeño. En este caso, se pidió a los niños que identificaran rápidamente imágenes en una pantalla de un ordenador, y tanto niños como niñas obtuvieron aproximadamente el mismo rendimiento.

Después de estas tareas cognitivas, a todos los niños, independientemente de su desempeño, se les dijo que, debido a su desempeño, deberían recibir una bonificación en forma de imágenes de animales. Después, se preguntó a los niños cuántas imágenes creían que deberían recibir por su logro.

Si bien las niñas y los niños se desempeñaron igualmente bien en la tarea cognitiva, las percepciones de su propia competencia diferían. Y es que, los niños consideraban mejor de su desempeño que las niñas. Esta diferencia en la competencia percibida, concluyen las autoras de este estudio, ayudó a explicar por qué los niños pedían más bonificaciones que las niñas.

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