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Los juguetes podrán detectar problemas de desarrollo en el niño

Los juguetes podrán detectar problemas de desarrollo en el niño

A través de la incorporación de sensores, se podrán medir parámetros para detectar de forma precoz posibles desfases en su crecimiento.

El juego siempre ha sido considerado como una buena herramienta de aprendizaje, sobre todo, para los niños. Pero sus funcionalidades pueden ir mucho más allá, gracias a nuevas investigaciones que se están desarrollando como es el caso de la que están llevando a cabo la Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad de Alcalá y la Universidad Autónoma de Madrid para que sean también un instrumento a través del que detectar de forma precoz posibles problemas de desarrollo en el niño.

El estudio se centra en el diseño de juguetes, que tendrían la principal novedad o particularidad de incorporar sensores a través de los que se haría esa detección precoz de desfases en el desarrollo de los niños, según han indicado desde la agencia SINC.

Estas investigaciones ya han permitido crear una serie de juguetes. El más avanzado, cuya patente está en fase de tramitación, es una torre de cubos. En cada uno de ellos, se han incorporado sensores que están preparados para medir una serie de parámetros como el tiempo en movimiento, la velocidad y aceleración máxima alcanzadas y las agitaciones producidas al mover los cubos cuando el niño está construyendo la torre.

Estos indicadores y la observación realizada del juego a través de la grabación de vídeos son los factores que han propiciado que el equipo de investigadores pueda detectar la posibilidad de que haya algún tipo de problema o bien dificultad motora en los niños.

En concreto, esta torre ha sido realizada para hacer el estudio del movimiento en los niños de entre dos y tres años, aunque se está trabajando en otros juguetes para abarcar otras edades. Por ejemplo, se ha diseñado un sonajero para niños de hasta un año de edad en el que se han incluido sensores de presión y aceleración, así como un juego de espigas –hay que meter palitos en un agujero- para niños de entre cuatro y cinco años y una pelota, que ha sido concebida para aquellos de entre cinco y seis años.

Todos estos juguetes tienen en común, además de incluir los sensores, la utilización de escalas estandarizadas de cualquier consulta psicopedagógica para hacer la evaluación del niño. También son habituales en entornos de juego como la escuela infantil, un parque o el propio hogar del niño.

La investigación, que se está llevando a cabo con 60 niños de dos a seis años de tres escuelas infantiles -una está en Alcalá de Henares y dos en Madrid-, contempla en una fase posterior el diseño de un sistema experto que analizará los datos y que ayudará en casa o en la escuela a hacer esta detección y a lanzar la señal de alerta para que, en caso de que sea necesario, se acuda a un especialista para un diagnóstico precoz del niño.

De esta manera, la investigación facilitará avanzar en la detección precoz, ya que algunas dificultades motoras pueden ser también señalas de alerta de otro tipo de patologías que estén vinculadas con desfases en el desarrollo como, por ejemplo, las relacionadas con la coordinación, manipulación de psicomotricidad fina, coordinación viso-manual, la precisión o tipo de pinza en el agarre.

Son alternaciones motoras que pueden ser, además, un indicio de problemas de desarrollo sensorial o cognitivo y que, al detectarse de forma precoz, permitirá que los niños afectados inicien la atención temprana.

El proyecto cuenta con financiación del Programa Estatal de Investigación, Desarrollo e Innovación orientada a los Retos de la Sociedad del Ministerio de Economía e Industria.

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