Jóvenes consultando el móvil. | Freepik

Foto: Jóvenes consultando el móvil. | Freepik

«Los jóvenes en España cuentan con ingresos notablemente inferiores a la media»

Expertos reclaman reformas estructurales para garantizar el futuro económico de los jóvenes: de la educación y el empleo, a la vivienda y la ciencia.

España se enfrenta a una creciente brecha generacional que limita las oportunidades de los jóvenes. La quinta sesión de los Encuentros Fedea-CGE abordo los principales factores que condicionan su situación económica –con especial atención a los retos en materia laboral, fiscal y educativa–, e intentará plantear vías de mejora.

La presentación correría a cargo del presidente del CGE, Miguel Vázquez Taín, y del director ejecutivo de Fedea, Ángel de la Fuente. Intervinieron como ponentes: José Ignacio Conde-Ruiz, catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad Complutense de Madrid y subdirector de Fedea; Raquel Jurado, miembro del equipo técnico del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF-CGE), y Mar Villares, secretaria técnica del Registro de Economistas Asesores Laborales (EAL-CGE).

Raquel Jurado manifiesta que “los jóvenes en España cuentan con ingresos notablemente inferiores a la media. En 2023, un joven de entre 20 y 24 años percibió un 45% menos que el salario medio nacional, según el INE. A pesar de ello, soportan una carga fiscal considerable, especialmente a través de cotizaciones sociales e impuestos indirectos como el IVA, que afectan con mayor intensidad a quienes destinan la mayor parte de su renta al consumo.

>> Ver Cursos de Impuestos y tributos.

Según Eurostat, los menores de 35 años son el colectivo que dedica un mayor porcentaje de sus ingresos al pago del IVA (7,7%), y la OCDE estima que el coste fiscal total sobre el empleo asciende al 40,6% para un trabajador soltero sin hijos. «Esta situación genera una percepción creciente de desequilibrio intergeneracional, ya que los jóvenes asumen un esfuerzo fiscal elevado sin apenas medidas compensatorias”, sostiene Jurado.

«Un entorno laboral que retrasa la emancipación».

Por su parte, Mar Villares comentó en su intervención que “la combinación de una alta tasa de temporalidad del 60,5% en los contratos de los menores de 30 años en 2024, unido a un salario medio de 1.558€ brutos mensuales (27% inferior al salario medio nacional), y que el 46% de los jóvenes cuenten con contratos a tiempo parcial de manera involuntaria; configura un entorno laboral precario que retrasa la emancipación”. Por ello según Villares, “urge avanzar hacia la estabilidad contractual real y alinear la formación con las necesidades del mercado”.

Cuestiones claves para los jóvenes

A continuación, se desarrolló un coloquio, moderado por Miguel Vázquez Taín y Ángel de la Fuente, en el que José Ignacio Conde-Ruiz, Raquel Jurado y Mar Villares, respondieron a cuestiones clave.

¿La fiscalidad en España contribuye a aumentar la desigualdad intergeneracional?

En este sentido Jurado indica que, “sí, en parte la fiscalidad española refuerza la desigualdad intergeneracional. Aunque muchos jóvenes no tributan por IRPF debido a sus bajos ingresos, sí asumen una carga significativa en cotizaciones sociales e impuestos indirectos como el IVA, que afectan más a quienes destinan casi toda su renta al consumo. Este esfuerzo fiscal contrasta con el contexto que tuvieron generaciones anteriores, que accedieron a empleo más estable, salarios más altos y beneficios fiscales hoy eliminados, como la deducción por compra de vivienda».

¿Cómo está afectando la temporalidad y la parcialidad en los contratos a la emancipación de los jóvenes en España?

En 2024, el 60,5% de los contratos firmados por menores de 30 años fueron temporales.

Según Villares, “la elevada temporalidad y parcialidad laboral están dificultando seriamente la emancipación de los jóvenes en España. En 2024, el 60,5% de los contratos firmados por menores de 30 años fueron temporales, y un 46% trabajó a tiempo parcial de forma involuntaria, según el SEPE. A esto se suma un salario medio de 1.558€ brutos mensuales, un 27% inferior al promedio nacional, lo que limita su capacidad de ahorro y acceso a vivienda. La mayoría de los jóvenes trabaja en el sector servicios, con baja estabilidad, y muchos acceden a empleos poco relacionados con su formación. Esta combinación de inestabilidad, bajos ingresos y desajuste formativo prolonga la dependencia familiar y retrasa el desarrollo de proyectos de vida autónomos”.

Principales factores que condicionan la situación económica de los jóvenes en España

«La economía española ya no crece impulsada por la demografía».

Para Conde-Ruiz, “uno de los factores estructurales más determinantes es que la economía española ya no crece impulsada por la demografía, como en décadas anteriores. El envejecimiento poblacional ha convertido el antiguo dividendo demográfico en un lastre, reduciendo el dinamismo económico. En este nuevo contexto, la única variable con potencial sostenido de crecimiento es la productividad por hora trabajada, ya que ni el empleo ni las horas pueden aumentar indefinidamente».

«La situación económica de los jóvenes no solo depende del mercado laboral, sino de un marco fiscal y político que prioriza el presente sobre el futuro, comprometiendo la justicia intergeneracional y las condiciones para su desarrollo”, recuerda Conde-Ruiz.

Para Jurado, “la difícil situación económica que atraviesan los jóvenes en España no se debe, como causa principal, a factores fiscales, sino a una combinación de otro tipo de causas: la precariedad laboral, los salarios bajos, el encarecimiento de la vivienda, etc. Todo ello limita su autonomía económica y retrasa hitos vitales como la emancipación o el ahorro a largo plazo. Ahora bien, desde una perspectiva fiscal, el sistema tributario vigente no trata de corregir esta situación, ya que apenas existen medidas específicas para jóvenes, tal como hemos analizado durante la exposición”.

Según Villares, la situación económica de los jóvenes en España está marcada por cinco factores estructurales en materia laboral:

– Tasa de desempleo juvenil aún elevada.
– Precariedad laboral, con alta temporalidad, parcialidad involuntaria y escasa estabilidad.
– Brecha salarial generacional que dificulta el acceso a vivienda e independencia.
– Desajuste entre la formación y el mercado, agravado por un sistema productivo dominado por microempresas con bajo nivel de innovación, escasa capacidad de contratación estable y limitadas oportunidades de promoción.
– Débil peso industrial en el PIB, que restringe empleos técnicos de calidad y expone al empleo juvenil a una economía centrada en servicios inestables.

Medidas y reformas prioritarias para afrontar estos desafíos

Invertir más en educación, empleo, ciencia y vivienda.

Según Conde-Ruiz, “se propone reducir el déficit estructural, establecer una regla fiscal intergeneracional, e invertir más en educación, empleo, ciencia y vivienda juvenil. Es clave modernizar el mercado laboral mediante un modelo de flexiseguridad que proteja al trabajador y no solo al puesto. También se requiere impulsar la Formación Profesional dual, mejorar las becas y facilitar el acceso a la vivienda con ayudas ajustadas a la renta”, entre otras medidas.

Finalmente, Villares indica que, “en el ámbito laboral, es prioritario combatir la precariedad juvenil mediante el refuerzo de la inspección laboral, sanciones por fraude contractual y la limitación del uso abusivo de contratos temporales y parciales«.

En su intervención final a modo de conclusiones, Miguel Vázquez Taín y Ángel de la Fuente subrayaron la urgencia de abordar reformas estructurales para garantizar el futuro económico de la juventud. Coincidieron en la necesidad de impulsar la Formación Profesional Dual y Universitaria, y mejorar la vinculación entre formación y tejido productivo. Insistieron en la importancia de reducir el déficit estructural para evitar trasladar cargas fiscales a las generaciones futuras y reforzar la inversión pública en ámbitos clave para los jóvenes como la educación, el empleo y la innovación. Por último, reclamaron una arquitectura institucional que dé voz a los jóvenes en la toma de decisiones, como vía para asegurar la equidad entre generaciones.

economia emancipación empleo estudios jóvenes juventud vivienda