Los universitarios españoles nacidos en los 90 son tres centímetros más altos que los que solo tienen estudios primarios. Esto refleja la influencia que tiene la posición socioeconómica en la altura, según un estudio de las universidades de Murcia y Jaén publicado en Science Direct.
Para realizar la investigación se ha analizado la estatura de la población nacida entre 1960 y 1990 utilizando los datos de la Encuesta de Salud de España y de la European Health Interview Survey. Las muestras se tomaron en personas entre 20 y 50 años.
Así se ha descubierto que los hombres con estudios universitarios nacidos en 1940 son hasta 4,5 centímetros más altos que los que tenían menor formación. En los jóvenes de los 90, la diferencia es de casi tres centímetros.
La diferencia entre mujeres no es tan pronunciada. Así, las universitarias miden dos centímetros más que las que solo pudieron finalizar sus estudios en la Primaria. Mientras que las mujeres con estudios de Secundaria nacidas entre 1940 y 1980 son solo un centímetro más altas.
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Factores que influyen en la altura
Estos datos indican que la altura no es solo una cuestión de genética, sino que puede estar condicionada por factores ambientales como los físicos, los epidemiológicos y los socioeconómicos. Por ello, tener acceso a una mejor alimentación y vivir en condiciones más saludables y medicinas para superar procesos infecciosos, puede ser determinante a la hora de medir unos centímetros más.
De la misma manera, vivir con una peor situación económica implica en muchos casos una incorporación más prematura al mercado laboral, lo que supone un gasto de energía y mayores factores de riesgo que pueden comprometer el crecimiento.
Los investigadores señalan que la formación promueve que se conozcan las medidas higiénico-sanitarias más recomendables en plena etapa del crecimiento y que se adapten estilos de vida con conductas menos dañinas para la salud, como la elección de una dieta equilibrada.
Por otra parte, en el estudio se ha decretado que los españoles han sufrido un estancamiento del crecimiento que viene después de la tendencia ascendente entre los 40 y los 80, que diez años más tarde comenzaba a detenerse e incluso a descender.