Los universitarios que hacen cuatro o más prácticas de alto impacto, como puede ser realizar un programa en el extranjero, tienen un 70% más de posibilidades de inscribirse en una escuela de postgrado o de encontrar trabajo tras graduarse en la universidad.
Así lo revela un estudio de la Universidad de Búfalo, cuyos resultados han sido publicados en el International Journal of Educational Research Open.
Cada práctica adicional aumenta las posibilidades académicas y laborales
Los especialistas señalan que cada práctica adicional que realicen aumenta en un 17% las posibilidades de tener un trabajo a tiempo completo y un 30% las posibilidades de inscribirse en una escuela de postgrado. Estas prácticas de alto impacto pueden ser programas en el extranjero o de investigación, pero también relacionadas con los servicios comunitarios, o la asistencia a prácticas formativas especializadas.
El estudio buscaba comparar el desempeño de los estudiantes que son inmigrantes o hijos de inmigrantes respecto a otros nacidos en EE.UU. y comprender qué factores ayudaron o impendieron su éxito.
Los expertos indican que estos resultados pueden ayudar a las universidades a cerrar la brecha de aprendizaje existente entre los universitarios inmigrantes y los nacidos en EE.UU., quienes presentan habitualmente más dificultades a la hora de buscar empleo, a pesar de tener unos niveles de participación más altos en las prácticas de alto impacto que los nacidos en EE.UU.
Uno de los investigadores del estudio, Jaekyung Lee, señala que “las estrictas políticas contra la inmigración que limitan el empleo, las prácticas y las oportunidades de investigación de los estudiantes inmigrantes pueden contribuir a sus dificultades para encontrar empleo. Los estudiantes desfavorecidos a menudo son desatendidos y estereotipados, y son incapaces de lograr el éxito cuando es el entorno el que les pone barreras”.
Para ello, la investigadora Namsook Kim, coautora del estudio, apunta que “es importante que las instituciones de educación superior no se limiten a afirmar que valoran la inclusión, sino que brinden servicios de apoyo para abordar problemas específicos como las dificultades del idioma, la adaptación a las normas culturas, las preocupaciones financieras y la discriminación”.
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