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Las alteraciones del reloj biológico reducen el sueño de los adolescentes

Las alteraciones del reloj biológico reducen el sueño de los adolescentes

Investigadores de Estados Unidos calculan que les podrían faltar diez horas de sueño a la semana. Una opción, indican, sería retrasar el inicio de las clases.

Un estudio realizado por el hospital National Jewish Health en Denver (Estados Unidos) pone de manifiesto que los adolescentes que reciben educación en casa duermen más que los estudiantes que asisten a escuelas públicas y privadas, en concreto, una media de 90 minutos más cada noche. De hecho, ellos se levantan de la cama cuando los “alumnos tradicionales” ya llevan una media de 18 minutos en clase.

A raíz de estudiar las diferencias de sueño entre los estudiantes, este estudio realizado sobre una muestra de 407 adolescentes, y publicado en Behavioral Sleep Medicine, explica también los beneficios obtenidos en las escuelas privadas y públicas de Estados Unidos que han retrasado sus horas de inicio de la educación secundaria, en las que con frecuencia los estudiantes van menos retrasados y las tasas de graduación se han incrementado.

Los investigadores respaldan el argumento de que las escuelas de secundaria deberían empezar más tarde las clases

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Su razón fisiológica para ser dormilones

ELos adolescentes, que tienen fama de dormilones, realmente necesitan dormir nueve horas al día. Ellos suelen acostarse tarde y levantarse también tarde y lo hacen por una razón fisiológica: las alteraciones de su reloj biológico.

Durante la pubertad, los adolescentes segregan con demora la melatonina, la hormona que induce el sueño, por lo que tardan más en dormirse y así pierden diariamente alrededor de dos horas de sueño. Sin embargo, se tienen que levantar temprano para ir al colegio y acaban durmiendo menos horas de las que deberían. Durante su reducido tiempo de sueño no llegan a segregar la cantidad adecuada de otra hormona, el cortisol, la que les ayuda a recargarse de energía para hacer frente al día siguiente, lo que explica que cuando madrugan se levanten cansados y tarden un tiempo en “despertarse” mentalmente.

Al dormirse más tarde, los adolescentes no segregan suficiente cortisol, la hormona que recarga su energía

Horario escolar vs. reloj biológico de adolescentes

Lisa Meltzer, psicóloga especializada en el sueño en National Jewish Health y autora principal de este estudio, señala que “el sistema escolar actual establece que los niños más pequeños, quienes se levantan muy pronto por la mañana, empiecen las clases más tarde, mientras que a los adolescentes, que necesitan dormir más, se les pide que se levanten y vayan a la escuela cuando sus cerebros deberían estar fisiológicamente dormidos”. Meltzer resalta que ante esta razón fisiológica «la solución lógica sería permitirles dormir más”.

Meltzer explica que “si los adolescentes solo duermen una media de siete horas en vez de nueve, al finalizar la semana tienen diez horas de falta de sueño, lo que influye en cada aspecto de su funcionamiento”.  De hecho, la investigadora señala que la falta de sueño acumulado repercute en una reducción de la capacidad de aprendizaje, concentración y atención de los adolescentes y también influye en su estado de ánimo.

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En busca de hábitos de sueño más saludables

Ante la imposibilidad de eliminar las alteraciones del reloj biológico de los adolescentes, Meltzer propone ayudarles a desarrollar hábitos de sueño más saludables.

En primer lugar hay que fijar una hora para irse a la cama y para despertarse y mantenerla siempre, incluso los fines de semana. Este hábito ayudará a regular el reloj interno de cada uno y mejorará la calidad del sueño.

También se recomienda que antes de irse a la cama los adolescentes saquen de la habitación todos los dispositivos electrónicos (teléfono móvil, televisión y videojuegos), ya que les puede hacer demorarse a la hora de ir a dormir. De hecho, no se debe mirar ninguna pantalla entre 30 y 60 minutos antes de irse a la cama porque hace que el cerebro se estimule y esté demasiado activo para dormir. Además, se aconseja establecer puntos de carga en casa donde toda la familia enchufará sus dispositivos por la noche para que estén fuera de su alcance, una de las mayores distracciones de los adolescentes.

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Más información

Estudio del patrón de sueño de adolescentes realizado por National Jewish Health

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