Hoy se celebra el Día Mundial de la Salud. Por ello, la Fundación CYD ha analizado el panorama educativo actual de carreras relacionadas con la Salud. En Enfermería, Medicina, Farmacia y Psicología prevalece la cercanía con el paciente, el compromiso con la sociedad y la responsabilidad de la profesión por el bien común. Son carreras marcadas tanto por una alta demanda, como por una gran inestabilidad.
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La pandemia disparó la preinscripción a las titulaciones de grado vinculadas con la sanidad. En estos dos últimos años han crecido tanto en preferencia de la titulación como en demanda de plazas.
En este contexto, las universidades recibieron el impacto directo de la pandemia. De hecho, en los meses más duros del confinamiento tuvieron que confiar en la tecnología para seguir impartiendo la docencia. Así, las Universidades de Alicante, Barcelona, Comillas, Navarra y Salamanca confirman el esfuerzo que se tuvo que realizar para seguir con las clases y para ajustar las prácticas de los estudiantes a la situación epidemiológica.
Para muchos, las áreas profesionales relacionadas con la Salud son las carreras más demandantes que un alumno puede escoger, ya que requieren trabajo duro, determinación, curiosidad y vocación. En estas carreras, la tasa de abandono suele ser más reducida y la graduación en el tiempo normativo más alta. El perfil del alumno tiene unos hábitos de estudio asentados y una fuerte cultura del esfuerzo.
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Psicología y Enfermería
Con respecto a la Psicología, la carrera suele ser la primera elección del estudiante. Es, además, una formación muy solicitada, especialmente en los últimos tiempos, en los 1ue la salud mental y la asistencia psicológica han pasado a tener una gran demanda. En este sentido, a los estudiantes les preocupa la gran demanda privada y la poca oferta de empleo público.
Otro de los aspectos que recoge el estudio de la Fundación CYD es el mercado laboral, que presenta un trabajo encajado pero con síntomas de precariedad. La inestabilidad laboral de los profesionales sanitarios, a los que se le suma la falta de personal fijo, las altas cargas de trabajo y a la ausencia de plazas públicas dan como resultado precariedad y fragilidad del sistema.
En Enfermería, los sindicatos expresan su insatisfacción ante la insuficiente ratio prevista para algunas autonomías. Al mismo tiempo, sostienen que los profesionales tienen que realizar tareas que no están dentro de sus funciones. Además, se quejan de falta de reconocimiento salarial y social, y el hecho de que se cargue contra los profesionales cuando no funciona bien el sistema.
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Medicina y Farmacia
Por último, en Medicina existe cierto sentimiento de “seguridad” ante la salida profesional debido al MIR. Sin embargo, el sector pide analizar qué ocurre tras los años de formación en la residencia y llama la atención sobre la precariedad en la que se encuentran muchos profesionales. Además, el informe subraya que cada vez más alumnos deciden realizar la especialización fuera de España o abandonan el país en busca de una estabilidad económica y laboral.
Para las Universidades, la temporalidad, el salario y la estabilidad de los contratos distan de ser las idóneas para una profesión que requiere entre 10 y 15 años de formación.
En el caso de Farmacia, las salidas profesionales del grado pueden ser muy variadas. Los contratos en oficina de farmacia suelen ser indefinidos y hay una excelente inserción laboral. Sin embargo, en el ámbito hospitalario hay una alta oferta de contratos temporales.