Para ofrecer un buen mensaje la comunicación tiene que estar ordenada. Además, hay que utilizar las palabras oportunas, incluir imágenes o gestos ilustradores, ser coherente entre el lenguaje verbal y no verbal, cuidar la entonación, no enrollarse y cerrar con la idea principal.
Estas son las claves que ha proporcionado el presidente de la Asociación Española para la Calidad, Miguel Udaondo, en la conferencia “Lo importante no es hablar, es comunicar” en el curso de verano “Epidemias, zoonosis y pandemias. Una visión holística One Health” de la UCM en El Escorial.
Comunicación en pandemia
Udaondo, que señala que “todos nos pasamos la vida comunicando”, recuerda que en el proceso intervienen el emisor, el mensaje y el receptor, a los que se une el canal, el ruido, la redundancia y los datos que ofrece la neurocomunicación. Por tanto, señala que “nuestra comunicación está condicionada por nuestro cerebro”.
Respecto a la pandemia, el especialista considera que “se ha producido una gran infodemia, que ha creado falta de credibilidad debido a que el desarrollo de los acontecimientos obligada a científicos y portavoces a decir cosas diferentes de unos días a otros. A esto hay que sumar los bulos, así como la prisa y la inmediatez a la hora de publicar las noticias.
Por ello, Udaondo propone una comunicación más eficaz para que se entienda correctamente. “No existen fórmulas maestras, pero sí personas entrenadas que saben comunicar en cada situación. Hay que informar, ser veraz y creíble, dar una información clara, oportuna y respaldada, y si es posible tranquilizar y generar confianza”, apuntó el especialista.
Claves para comunicar
En cuanto a las claves para comunicar de una manera más eficiente, Udaondo recomendó reflexionar primero sobre para qué se comunica y qué se pretende conseguir. También considera que es fundamental conocerse a sí mismo, para saber qué habilidades te pueden ayudar a mejorar. Y conocer a los interlocutores para saber cuál es el conocimiento sobre el tema que se quiere comunicar.
El experto advierte que el mensaje está compuesto tanto por lenguaje no verbal (un 55% de la comunicación) como el paraverbal (38%) y el verbal (7%). Respecto a este último hay que evitar las palabras belicistas, violentas, racistas o no inclusivas. Además, hay que tener en cuenta que la comunicación no verbal se basa en posturas, gestos, expresión facial, vocalizaciones, aspecto físico o forma de vestir.
Distorsiones del mensaje
Udaondo explica que la comunicación no verbal es intangible, inconsciente o involuntaria, y se transmite siempre, aunque uno no quiera. En cuanto al ruido y las interferencias aconseja aceptarlos como son, pero empatizando con el interlocutor, utilizando un lenguaje acorde y ejerciendo un control de las emociones que pueden distorsionar el mensaje.
Por último, en su conferencia, el experto advirtió que “las herramientas para comunicar en público pasan por la oratoria y por contar historias, comunicando respeto y empatía, con asertividad, pero con eficacia y eficiencia para que la audiencia se quede con el mensaje. Y para comunicar en ambientes crispados, hay que aprender a gestionar conflictos”. Si todo ello resulta complicado, Udaondo recomienda practicar.